Los Angeles Lakers lograron lo impensable hace apenas unos meses y destronaron con autoridad a los vigentes campeones de la NBA, unos Golden State Warriors que cierran con notable decepción una temporada de defensa del título plagada de dudas. Con una victoria inapelable por 122-101, capitaneada por un incombustible LeBron James, los angelinos firmaron el 4-2 definitivo en el sexto partido de la eliminatoria ante su público y se citan en las Finales de la Conferencia Oeste con los Denver Nuggets de Nikola Jokic.
L.A. dominó sin pestañear a lo largo del encuentro y nunca cedió el liderato, que no bajó de los dobles dígitos a lo largo de la segunda mitad y llegó a ser de 24 puntos en el último cuarto. Desde el salto inicial, los Lakers jugaron con la actitud correcta para ejecutar a su rival, que por primera vez en 28 eliminatorias se queda sin ganar un solo partido a domicilio, subrayando en su despedida una de sus grandes taras este año. Los Warriors, que en temporada regular firmaron un pobre balance de 11-30 lejos de San Francisco, cierran el curso con un 2-6 a domicilio en estos playoffs, una derrota que puede suponer un cambio significativo después de cuatro campeonatos en ocho años para el trío formado por Stephen Curry, Klay Thompson y Draymond Green, el tercero con más victorias acumuladas (98) en la historia de la fase final.
LeBron, con 30 puntos, 9 rebotes, 9 asistencias, 2 robos y un tapón (10-14 TC; 2-3 3P), volvió a llevar en volandas a su equipo, compactado alrededor de su insaciable hambre de victoria y aura legendaria a sus joviales 38 años. Anthony Davis, su ilustre compañero de batallas estos últimos años, también compareció con contundencia para cerrar el pase a la siguiente ronda con 17 puntos, 20 rebotes, 3 asistencias, 2 robos y 2 tapones (5-9 TC; 7-10 3P). Los secundarios, con un gran papel de D’Angelo Russell (19) y Austin Reaves (23) desde el quinteto titular y otra aparición relevante de Loonie Walker IV (13), demostraron que detrás de un gran líder todos pueden creer en sus posibilidades y aportar detalles que marcan el devenir en una campaña de campeonato.
“Hemos dado la talla, sabíamos que debíamos ser agresivos”, comentó LeBron, exhausto y contento de contar con un par de días de descanso antes de encarar el reto de los Nuggets. “Será una eliminatoria difícil. Ellos han sido primeros durante gran parte de la temporada regular, y llegamos a este punto con mucho respeto por su equipo. ¿Empezamos el martes? ¿Sí? Genial, porque nos irán bien estos días”, reconoció sobre el siguiente escalón en la lucha por el anillo y el merecido descanso.
Más allá de la estadística básica, los Lakers ganaron gracias a una defensa que han convertido en la mejor de la liga desde el cierre mercado de traspasos en febrero. Además, anoche la combinaron con un acierto tremendo, más propio del enemigo, rendido ante la resolución de un rival que demostró más hambre y mayor cohesión a pesar del escaso tiempo desde la última reconfiguración de la plantilla. “Empezamos 2-10, hemos añadido piezas, pero hemos estado a la altura y confiado”, celebró AD, ancla defensiva del conjunto entrenador por el debutante en los banquillos, un Darvin Ham a la altura en el duelo de pizarras con Steve Kerr.
El técnico novato introdujo para el sexto y definitivo choque un cambio interesante en su quinteto, metiendo a Dennis Schroder en lugar de Jared Vanderbilt para el rol de perro de presa para eliminar a Curry. Funcionó la fórmula dentro de lo cabal, ya que el astro visitante enchufó 32 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias, pero jamás estuvo cómodo en el tiro, con una serie lejos de su mejor versión, un 11 de 28 en tiros de campo y un 4 de 14 en triples que hundió las posibilidades del equipo. Solo Donte DiVincenzo, con 16 puntos, compareció para colaborar con el ‘30’, huérfano de su Splash Brother, un Thompson irreconocible en los tres partidos en su L.A. natal. El escolta, con un 3 de 19 en tiros de campo y un 2 de 12 en triples, cerró con 8 puntos y 5 asistencias una de las peores eliminatorias que se le recuerda.
Dominando por 56-46 y desnudando la ofensiva de los Warriors, los Lakers se mantuvieron firmes y serios incluso cuando los árbitros expulsaron en el tercer cuarto, por doble técnica tras un intercambio verbal con Draymond Green, a un Schroder poco precavido. Incluso el truco de toda la vida del bullicioso ala-pívot de la bahía no sirvió para descentrar a los Lakers, que ampliaron la ventaja y cerraron el período 14 arriba (91-77). Los de púrpura y oro cerraron con un 52% de acierto en tiros de campo y un 50% en triples (13-26), números inimaginables al inicio de curso. Sus rivales, de la misma guisa, se mostraron irreconocibles con un 37,9% en tiros de campo y un 27,1% en triples (13-48).
Un 11-0 de parcial en el tramo medio del último cuarto confirmó el cambio de corona en la liga, y a tres minutos del cierre Kerr tiró la toalla y cerró con candado la dinastía de Golden State, todo abrazos y buenas palabras después de caer con todas las de la ley en Los Ángeles. “Hay que felicitar a los Lakers, han jugado una eliminatoria brillante. El trabajo de Darvin ha sido genial todo el año. LeBron y AD han controlado la serie. El mejor equipo ha ganado, así que buena suerte de aquí en adelante”, comentó el técnico, que nunca había perdido una eliminatoria de playoffs en el Oeste (19-0) desde que tomó las riendas de la franquicia.
Los Angeles Lakers
122101
Golden State Warriors
Lakers (122): Davis (17), James (30), Schroder (3), Russell (19), Reaves (23).
Banquillo: Hachimura (9), Vanderbilt (2), Brown Jr. (2), Thompson (0), Beasley (3), Harrison (1), Walker IV (13), Christie (0), Gabriel (-)
Warriors (101): D. Green (9), Wiggins 6), Curry (32), Thompson (8), Payton (4).
Banquillo: Kuminga (2), Looney (9), Lamb (2), Baldwin (0), DiVincenzo (16), Poole (7), Moody (6), J. Green (-).
Parciales: 31-26 / 25-20 / 35-31 / 31-24
Árbitros: Courtney Kirkland, John Goble, Brian Forte, Mark Lindsay
Incidencias: sexto partido de las Finales de la Conferencia Oeste de los playoffs 2023 de la NBA entre los Lakers y los Warriors, disputado en el Crypto.com Arena de Los Ángeles, California, ante 18.997 espectadores. L.A. gana la eliminatoria por 4-2.
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