El Real Oviedo y Álvaro Cervera han llegado a un acuerdo para que el técnico ecuatoguineano dirija al conjunto azul durante las dos próximas temporadas, renovación que se materializa siete meses después de su llegada y tras asegurar matemáticamente la salvación de un equipo al que cogió en puestos de descenso y al que ha colocado octavo a falta de solo tres jornadas.
El técnico azul ha sellado con buenos números un periplo de 28 jornadas en el que cumplió con su objetivo de mantener al equipo en la categoría y en el que solo se le resistió el poder relanzarlo al ‘play off’, objetivo este que él mismo reconoce que se escapó tras perder ante Alavés y Villarreal B, a principios de noviembre.
Razones de sobra para ampliar la confianza
Aun así, y teniendo en cuenta sólo las jornadas que él dirigió al equipo, el Oviedo de Cervera habría sido regular hasta el punto de estar ahora en quinta posición -puestos de ‘play off’- y a solo cuatro puntos del ascenso directo, razones más que de sobra sobre el papel para ampliar la confianza en el oviedista.
El club no ha dudado, y ha optado por firmar un contrato de dos años que dé al técnico carbayón la posibilidad de trabajar sin la urgencia de esta temporada, y no es asunto baladí en un club que, desde que volvió al fútbol profesional allá por 2015, nunca había renovado a ningún entrenador por más de una temporada.
La noticia empezó a comentarse en la ciudad a la hora del desayuno, y es que las calles de Oviedo amanecieron repletas de carteles que emulaban a los candidatos políticos pero con la cara del técnico azul y la fecha de su ampliación de contrato en vez de los habituales mensajes de los dirigentes.
El guiño sentó bien en la capital asturiana, ávida por concretar la renovación del ecuatoguineano e ilusionada ante una campaña de comunicación que fue todo un éxito y que se culminó a eso de la una de la tarde con el reparto de panfletos con el rostro del técnico en una de las zonas más transitadas de la capital asturiana, a los pies del Teatro Campoamor.