Jimmy Butler nunca deja de confiar. Ni en sí mismo ni en su equipo. Sus compañeros y entrenador, ídem. De esta guisa, se plantaron los Miami Heat en el TD Garden y dieron otro golpe sobre la mesa. Nadie creía en ellos cuando accedieron como octavos clasificados, por los pelos, a los playoffs de la NBA. Y aquí están, aquí siguen. En gran parte, gracias a las prodigiosas actuaciones del alero de 33 años. “Es uno de los mejores jugadores two-way, si no el mejor, de esta liga”, le elogia su entrenador, el reputado y veterano Erik Spoelstra.
Butler firmó otro partidazo que amplía su leyenda. Con 35 puntos, 5 rebotes, 7 asistencias y 6 robos de balón en 43 minutos de juego (12-25 TC; 2-4 3P), capitaneó el triunfo por 116-123 que rompe nada más empezar el factor cancha en las Finales de la Conferencia Este. “Es lo que necesitábamos. Que hiciera jugadas en defensa, que nos calmara en ataque… y en los momentos clave, ha hecho lo que hemos necesitado, ha anotado y ha facilitado el juego, él siempre está dispuesto“, añade el técnico.
Esa es la esencia de Jimmy Buckets, o Playoff Jimmy en su segunda reencarnación a estas alturas de la temporada. Siempre está preparado, dispuesto a hacer lo que sea para conseguir otra victoria para su equipo. También a dar la cara en público. “No nos importa si nos dan por ganadores o no, y nunca nos importará”, afirma el gran protagonista de la noche cuando le recordaron cómo sufrieron en el play-in. Ya desde antes del arranque de la fase final, él avisó que estos Heat iban a llegar lejos. No se equivocaba.
Su fórmula hacia el éxito es fácil de decir, pero no de ejecutar. “Nos queremos los unos a los otros, tenemos confianza constante los unos con los otros. Defendemos y jugamos, jugamos al baloncesto de la manera adecuada sabiendo que siempre tenemos una oportunidad“, predica Butler. Sus compañeros, con los ojos como platos, siguen fascinados con su liderazgo dentro y fuera de la pista.
“Es genial compartir pista con él, es una alegría verle jugar. Por algo es uno de los mejores del mundo“, le aplaude Kyle Lowry. “Trabaja muy duro en su arte, se nota cómo quiere la victoria. Es importante disfrutar de su éxito, eso nos da confianza a los demás. Nos permite tener éxito y ser agresivos. Es especial porque no todo va sobre él, sino que él trabaja para el grupo y el equipo”, añade el base.
Butler recoge las flores, pero las reparte. “Juego a este nivel porque ellos me lo permiten”, dice sobre sus compañeros y entrenadores. “No le ponen límites a mi juego. Confían conmigo con la pelota, en defensa. Es lo que todo jugador de baloncesto desea“, reconoce. Rebosante de confianza y espíritu competitivo, el jugador ha logrado que sus Heat sean el quinto equipo de la historia que abre sus tres primeras eliminatorias de playoffs con victoria a domicilio.
Él acumula ya cinco partidos por encima de los 30 puntos, y el de anoche, le sitúa a la altura de varias leyendas. Solo Allen Iverson (2) y Michael Jordan (7) han firmado más de un partido de 30-5-5-5 en unos playoffs, un club al que Playoff Jimmy se unió anoche. Nadie en la historia de Miami había firmado 35 puntos y 6 robos en un partido de la fase final.
Son pinceladas numéricas que revisten de más contexto el verdadero valor de Butler, un competidor nato y sin límites capaz de aupar al octavo clasificado hasta las puertas de las Finales de la NBA. Visto lo visto, no es una locura pensar que pueden culminar su fascinante relato y cargarse a los todopoderosos pero titubeantes Celtics por el camino. Atrás quedan también los notables Knicks y los favoritos Bucks, a quienes trituraron brillantemente en primera ronda. Y todavía hay quienes no confían…