A Jimmy Butler le arruinaron por completo la fiesta cuando ya estaba a punto de cerrarla, de sacar el champán para brindar por el paso a la final. Se había erigido en héroe una vez más con 8 puntos en los dos últimos minutos para levantar el 93-100 de los Celtics y poner a los Heat a nada de la final.
Pero Derrick White se opuso y, convirtiendo un rebote con 3 décimas por jugar, forzó el séptimo partido (103-104) el lunes en Boston. Era para que a Jimmy Buckets, que acabó con 24 puntos pese a su horrible 5/21 en tiros, se le cayera el mundo encima. Pero nada de bajones. Hasta una pícara sonrisa.
“El baloncesto es divertido y muy, muy entretenido. Pero podemos hacerlo, iremos a fuera y ganaremos. Estaremos en un ambiente muy duro pero somos capaces de ello. Hay que pasar página, estoy orgulloso de mis chicos. Si tras un largo viaje hemos llegado a este punto no tenemos por qué rendirnos”, destacó Butler, que hizo autocrítica personal.
“Si jugara mejor ni siquiera estaríamos en esta posición. Mejoraré y eso es lo que me hace sonreír. Cuando juego mejor, jugamos mejor”, añadía Jimmy ‘Buckets’.
“No hay nada mejor que un partido a tres series”, resaltaba, por su parte, el entrenador de los Heat, un Erik Spoelstra que acepta también el desafío y no mira atrás pese a haber empatado una ventaja de un 3-0. “No sé cómo lo haremos, pero iremos ahí fuera y lo haremos”, destacó ‘Spo’ sobre el encuentro que decidirá quién se enfrenta a los Denver Nuggets de Nikola Jokic en las Finales, que empiezan el jueves.
Un final loco que tampoco fue capaz de emocionar al siempre inexpresivo entrenador de los Celtics. “¿Que qué ha pasado por mi mente? Nada. Séptimo partido”, señaló el siempre frío Joe Mazzulla.
“La temporada estaba en juego. No queríamos ir a casa”, señalaba, por su parte, el salvador de Boston, Derrick White. “La bola vino a mí y lancé. Sólo me puse feliz”, subrayó el base.
“Derrick fue como un relámpago, salió de la nada y salvó el día. Una jugada increíble, estoy en modo oración”, destacó por su parte Jaylen Brown, al que se le vio rezando al final de tan loco encuentro. Lo mejor, que lo más emocionante todavía está por llegar. El lunes vienen todavía más curvas: séptimo partido.