Andrés Manuel López Obrador durante su conferencia matutina de este miércoles.Presidencia de la República (EFE)
La carrera por la sucesión presidencial ya entró en fases de decisivas. Así lo ha declarado Andrés Manuel López Obrador en su conferencia de prensa de este miércoles, un día después de que Marcelo Ebrard anunciara su salida de la Secretaría de Relaciones Exteriores a partir del próximo lunes. “Ya inició este proceso y por eso la renuncia de Ebrard porque, como es de dominio público, él aspira a ser candidato”, dijo el presidente. López Obrador agregó que espera que los otros aspirantes se separen pronto de sus cargos y adelantó que está analizando quiénes van a reemplazarlos. “Es posible que en estos días, los que aspiren también presenten sus renuncias, ¿quién va a sustituirlos? Hay tiempo todavía porque apenas es el anuncio”, señaló sobre los ajustes en su Gabinete.
“Quiero agradecer muy especialmente al presidente López Obrador su respaldo, su confianza, su generosidad, su orientación y su cercanía todos estos años, y así seguiremos los años por venir”, dijo Ebrard en su mensaje de despedida. Fue un anuncio también de que a partir del 12 de junio se dedicará de lleno a la campaña por la candidatura de Morena. La contienda interna del partido en el poder obliga a López Obrador a hacer por lo menos dos cambios en posiciones clave de su Gobierno. Tendrá que designar a un nuevo canciller y a un sustituto en la Secretaría de Gobernación ante la previsible salida de Adán Augusto López, que aún no ha dicho cuándo dejará su puesto. “Los tiempos del Señor son perfectos”, escribió López en sus redes sociales tras el mensaje de su compañero de Gabinete y también pidió “serenidad y paciencia”.
“Tengo tiempo para pensar”, insistió López Obrador. La llamada Cuarta Transformación anticipa otros cambios en posiciones clave, al tenor de las aspiraciones de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y el coordinador de la bancada de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, que también han levantado la mano para las elecciones en 2024. En estos casos, no está claro que presenten una renuncia definitiva y se baraja que soliciten una licencia. De cualquier forma, lo más seguro es que habrá reacomodos, aunque sea temporales. Monreal dijo que respeta la estrategia de Ebrard, aunque acusó el madruguete: “Creo que se está adelantando”. Sheinbaum, puntera en la mayoría de las encuestas, ha sido más críptica. “Vamos muy bien. Estoy contenta y animada”, escribió la jefa de Gobierno en sus redes sociales.
La fecha clave para aclarar el panorama de los próximos meses es el domingo, cuando está previsto que Morena celebre un Consejo Nacional para que cada aspirante ponga sobre la mesa sus propuestas para las reglas del juego de la sucesión. El principal choque de trenes es entre Sheinbaum y Ebrard, que tienen visiones encontradas sobre las encuestas que se realizarán para definir la candidatura. López Obrador citó el lunes a los cuatro principales aspirantes en un restaurante del centro de Ciudad de México y puso como condición para participar en el proceso interno que las corcholatas renuncien. La dirigencia del partido, en línea con las instrucciones del presidente, ha dicho que es un requisito indispensable para que haya “piso parejo” y todos partan en igualdad de condiciones. “Si en el Consejo de Morena se aprueba que deben de renunciar, pues así debe de ser”, agregó el Ejecutivo.
“Por primera vez no hay tapado, no hay dedazo, no hay imposición”, aseguró López Obrador. El mandatario ha insistido varias veces esta semana, crítica para la batalla interna y para afianzar la unidad en el bloque gobernante, que él no tiene favoritos. El presidente también ha puesto el ojo en los movimientos de la oposición. La coalición Va por México ―de los opositores PRI, PAN y PRD― dio a conocer que anunciará el método de selección de su candidato o candidata a la presidencia a más tardar el 26 de junio. “En el bloque conservador, ahí ya sabemos que van a consultar con los mandamás, con los oligarcas para buscar el acuerdo, como lo han hecho en los últimos tiempos”, comentó.
López Obrador también ha tenido guiños para aspirantes que se han sentido “maltratados”, como Gerardo Fernández Noroña. El diputado del Partido del Trabajo, que tiene una mayor intención de voto que López y Monreal según algunas encuestas, se ha sentido ninguneado y se ha quejado de que no fue invitado a la cena que convocó el presidente esta semana. “Al excluirme a mí, se excluye a millones de mexicanos”, aseguró el legislador. “Tiene todo el derecho a participar”, dijo el presidente. También declaró que el proceso está abierto para que entren como competidores miembros del Partido Verde Ecologista de México, como el senador Manuel Velasco, que ya ha recibido su membresía al llamado club de las corcholatas. La prerrogativa en el bloque gobernante es evitar las rupturas a toda costa.
El Consejo de Morena acapara las miradas y los alfiles de los equipos de campaña anticipan una negociación férrea y muy técnica sobre la metodología de las encuestas, como las preguntas que se incluirán y la selección de las casas encuestadoras que llevarán a cabo el ejercicio demoscópico. De seguir la línea de otros procesos internos, lo más probable es que haya al menos dos encuestas: la primera con un amplio número de participantes y una más con un grupo más reducido de aspirantes, una especie de segunda vuelta. “No he escuchado a nadie que se oponga, además es un método que ha probado su eficacia”, dijo López Obrador sobre las encuestas. En poco menos de un año, los mexicanos están llamados a las urnas para elegir a un nuevo presidente y renovar la composición de ambas Cámaras.
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