La gastronomía española es bien conocida en todo el mundo, con platos tan emblemáticos como la paella, la tortilla de patatas o el gazpacho. En esta ocasión, el diario ‘The New York Time’ ha puesto el foco en una bebida que es sinónimo de verano y terraceo: el tinto de verano.
«No es verano sin un tinto de verano. Si estás convencido de que el vino rojo debería estar reservado para los meses más fríos y merecedores de un suéter, considere el tinto de verano», escribe la periodista Rebekah Peppler.
Define esta bebida como «una combinación burbujeante de color rubí de vino tinto y refresco cítrico servido con hielo». Ella comenta en la ‘Cadena Ser’ que no tomaría esta bebida si hace menos de 26 o 27 grados, y añade que el mejor sitio para disfrutar del tinto de verano es la playa o la piscina.
Por último, destaca que lo más importante es «elegir bien el vino tinto» y señala que los españoles suelen elegir vinos «más robustos y tánicos». Aunque lo más habitual es consumir ‘La Casera’, la periodista da la opción a sus lectores de preparar la bebida con un refresco con sabor a limón como Sprite o 7UP.
El tinto de verano se elabora utilizando la misma cantidad de vino tinto, por lo general vino de mesa, que de refresco. Una de las principales características de esta bebida es que se utilizan muchos cubitos de hielo. Opcionalmente, se puede incluir una rodaja de limón y existen algunas variantes que incluyen una pequeña cantidad de Martini rojo.
Tal es la popularidad de esta bebida que ya hay algunas marcas de refrescos la comercializan ya envasada y lista para consumir. Solo hay que ponerla en un vaso con hielos y, si se quiere, una rodaja de limón.
Origen del tinto de verano
Resulta de especial interés conocer cómo nació esta bebida. Su origen se remonta al siglo XX. En aquel entonces, había en Córdoba una venta muy popular a la que acudían cantaores y guitarristas famosos. Se llamaba Venta de Vargas porque el nombre del dueño era Antonio Vargas del Moral.
Las calurosas tardes y noches del verano solían tomar un vaso de vino tinto con gaseosa, que rápidamente se empezó a conocer por el nombre de la venta, Vargas.
Existe otra teoría que dice que esta bebida se llama así por la petición de un Valdepeñas con un refresco de gaseosa, lo que acortado sería Val-gas y ha terminado convirtiéndose en Vargas.
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