El Atlético de Madrid aprovechó una jornada llena de noticias para dejar una más. Una importante que ha de leerse desde la perspectiva de dos caras. Una, la de Antoine Griezmann, beneficiario del movimiento. La otra, la de Joao Félix, el que sufre el ‘gesto’.
Dice el refranero español aquello de que ‘el que se fue a Sevilla, perdió su silla’. No dice nada de qué sucede con el que se fue a Londres, pero se aplica el mismo caso. Y el que se fue a Inglaterra fue Joao Félix, que al volver se ha encontrado con que por no tener, en el Atlético no tendrá ni su número. El cuadro rojiblanco no puede ser más claro en este sentido. Anunció con un video que Antoine Griezmann vuelve a ser el ‘7’ del Atlético de cara al curso venidero.
Al regreso del francés al club colchonero, Griezmann se quedó con el ‘8’ que había dejado vacante un Saúl Ñíguez que precisamente se había ido al Chelsea también como cedido. De nuevo lo del refranero. En ese momento se justificó con el hecho de que el ‘8’ es el número de Luis Aragonés, un guiño histórico en toda regla.
Pero ahora, con la marcha de Joao al Chelsea y con el hecho de que esté en la rampa de salida del Atlético, Griezmann ha recuperado el dorsal que tanto le identificase en su primera etapa en rojiblanco. Toda una declaración de intenciones. Griezmann ha disputado 341 partidos con el equipo rojiblanco, con 157 goles, el tercero que más ha anotado en la historia del club, y 69 asistencias.
Habrá que ver qué dorsal se queda el jugador portugués si se queda, porque el ‘8’ bien podría volver a su anterior dueño, a Saúl Ñíguez, con lo que quedarían pocas opciones ‘bonitas’ para Joao Félix si finalmente no se puede dar su deseo, el de marcharse del Atlético para no coincidir con Diego Pablo Simeone.