Ni tiene mucho menos el nombre de los Devin Booker y Kevin Durant y Bradley Beal -las dos últimas grandes incorporaciones de impacto-, ni su coste -por suerte para ellos-, pero los Phoenix Suns han hecho con Bol Bol un movimiento de lo más inteligente, uno que hasta puede resultar muy divertido de ver junto a la constelación de estrellas que luce sobre el desierto de Arizona. En otro movimiento importante revelado por Adrian Wojnarowski, los Suns han enviado a Cameron Payne y un ‘pick’ de draft de segunda ronda a los Spurs por un futura segunda ronda.
Firmado por un año tras quedar libre al ser cortado por Orlando Magic, el pívot de 23 años, hijo del icónico Manute Bol puede hasta salir barato a los Suns por todo lo que lleva incluido con su abundante y variado conjunto de habilidades junto a su tamaño -2,18-, que le han hecho merecedor de comparaciones con Victor Wembanyama.
Aunque el salario no ha trascendido, teniendo en cuenta lo que percibió el último año -2,2 millones-, la situación salarial de Phoenix y que la franquicia está llenando su roster con muchos jugadores por el mínimo, el sueldo de Bol Bol estará alrededor de los 2,5 millones.
Taponador nato como su padre, el interior ha cogido lo mejor de su progenitor pese a no haber llegado a sus alturas -2,31 era lo que medía Manute-, como su nata habilidad para taponar, pero también, y gracias en parte al consejo de su padre, también puede ser tirador, igual que correr la transición o repartir.
La peculiaridad de Bol Bol es su tardía progresión, una potencial estrella que va a entrar en su quinto año en la NBA en calidad de prospecto apenas confirmado. Y es que el último curso fue como su año de ‘rookie’ dado que por fin pudo tener una continuidad tras casi un lustro de lesiones que le empezaron a martirizar ya antes del draft.
Seleccionado el 44 en el draft de 2019 por los Miami Heat, el pívot nacido en Sudán jugó la última temporada 70 partidos, más que los 53 que totalizó en sus primeras tres campañas en los Denver Nuggets. La lesión del pívot titular de los Magic, Wendell Carter Jr, le abrió un hueco a Bol Bol en el quinteto inicial en la primera mitad de la temporada que le permitió impulsarse.
Si bien entre el retorno de Carter Jr, una lesión a principios de enero y una cierta falta de consistencia acabaron por arrebatar a Bol la titularidad y restarle minutos, el pívot pudo dar una muestra suficiente para demostrar lo que puede llegar a ser si los problemas físicos le respetan. El interior terminó la temporada con 9 puntos, 5,8 rebotes, 1 asistencia, 1,2 tapones, un 54,6% en tiros de campo y un 26,5% en triples en 21,5 minutos.
Deandre Ayton sigue siendo carne de traspaso
Lejos de ser todavía un defensor fiable pese a su facilidad para taponar, Bol Bol se complementa a la perfección en el ‘5’ con Deandre Ayton con las ciertas limitaciones ofensivas del bahameño, su nulo tiro exterior sin ir más lejos, y permitiría abrir la pista para el resto de estrellas así como un sinfín de combinaciones de jugadas con ellas si sigue desarrollándose, adquiere más regularidad y Frank Vogel encuentra un buen encaje.
Phoenix pretendería un quinteto titular con el número 1 del draft de 2018 junto a Durant, Booker y Beal pero su alto salario con las limitaciones financieras de los Suns -31 millones-, el hecho de que sea la pieza más floja y su insuficiente rendimiento en playoffs convierten a Ayton en carne de traspaso.
Aunque la noticia tenga escaso impacto en el marco de las mastodónticas últimas incorporaciones de los Suns, el traspaso de Cameron Payne a San Antonio supone un importante movimiento estratégico para los de Arizona, que de esta manera liberan la excepción de traspaso de nivel medio de 6,5 millones, lo que va a cobrar el base este próximo curso. La masa salarial de la franquicia que ostenta Mat Ishbia es de 180 millones, teniendo que firmar a jugadores como Yuta Watanabe, Keita Bates-Diop o Chimezie Metu por el mínimo o cerca.
Mención a Ricky Rubio
La creación de esta excepción de nivel medio ha hecho que surja el nombre de Ricky Rubio, aunque por ahora, ni siquiera un rumor, no es más que una sugerencia del especialista de The Ringer, Michael Pina. El base de El Masnou sólo piensa en Cleveland de cara al año que viene, pero, la realidad, es que tanto por encaje financiero como deportivo cuadraría un retorno de Ricky a Phoenix.
Con la excepción generada con el traspaso de Payne, los Suns pueden asumir los 6,1 millones que va a cobrar el catalán el curso 23-24, y Ricky responde al perfil de base mucho más pasador que anotador que necesitan los de Arizona para que Booker, Durant y Beal fluyan juntos. Tema ‘ético’, aparte, con la mala jugada de Phoenix a Ricky a 2021 para traer a un Chris Paul que no acabó funcionando e incumpliendo con el ex del Barça y la Penya la promesa de no traspasarle.
Sin embargo, aparte de que es sólo una valoración de Pina, los Suns tendrían definido su plan para la posición de base según The Athletic. El conjunto de Frank Vogel empezará la pretemporada con la previsión de otorgar a Bradley Beal el rol de base en el quinteto titular, con opciones en el banquillo como Jordan Goodwin y Eric Gordon, ambos recién llegados y otras alternativas como Devin Booker.
Pensando también en un futuro en parte hipotecado por el coste de Durant y Beal, Phoenix ha añadido más picks de draft de segunda ronda al adquirir tres selecciones de los Magic a cambio de un intercambio de primera ronda de 2026. Tras la operación por Beal, el equipo de Arizona se había quedado sin ‘picks’ de primera ronda para los próximos siete años, pero tras los últimos tratos con Memphis y Orlando ahora tienen seis más cuatro selecciones de primera ronda.
Les convenía a los Suns cubrirse las espaldas de cara al futuro ante la agresiva política de Ishbia, que ha tirado la casa por la ventana por el anillo cuando todavía no se ha cumplido medio año de su llegada. “Vamos a ganar en todo lo que hagamos”, advirtió el multimillonario propietario en conversación con la ESPN. Todo o nada para los Suns.