Madrid es una ciudad muy grande, así que cada día recorren sus calles miles de personas, tanto locales como turistas. Teniendo esto en cuenta, es normal que los viandantes suelan perder algunos objetos comunes, como la cartera o el teléfono móvil, por ejemplo. Sin embargo, hay algunos objetos perdidos en Madrid cuanto menos extraños, como un estuche con un crucifijo, un microondas, la cabeza del disfraz de Mickey Mouse o un carro de bebé, entre otros.
Por lo general, estos objetos llegan a la oficina de objetos perdidos a través de conductores de autobuses de la EMT o de taxi, empleados de Renfe, trabajadores del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas o del Metro Madrid o de particulares. Sin embargo, parece que son muy pocos los que tienen interés en recuperar sus pertenencias: apenas un 7% de las personas que pierden algo en el Metro de Madrid acuden a la oficina de objetos perdidos a buscarlo.
Cabe señalar que de los 100.000 objetos que se han perdido en España, unos 80.000 se han olvidado en Madrid. Lo que más se pierde por las calles de la capital son los artículos de joyería o bisutería. El segundo puesto en el ranking es para las carteras y los monederos. Y, en tercer lugar, las gafas, tanto de sol como de ver.
Los objetos perdidos más extraños de Madrid
El Ayuntamiento de Madrid organiza una subasta anual de artículos perdidos. Este 2023 se han ofrecido más de 2.000 piezas depositadas en los dos últimos años en la Oficina de Objetos Perdidos sin que nadie las reclame. Los artículos más destacados de la subasta han sido:
- Estuche médico de cirugía de columna: un maletín azul con un batería y un manual de uso para operar la columna vertebral. El precio de salida fue de 100 euros.
- Cáliz: sin lugar a duda, uno de los objetos más inusuales de la subasta. Un Cáliz con el interior dorado y el exterior metálico con representación de Jesús y los apóstoles. Tuvo un precio de salida de 5 euros, pero fue uno de los artículos más pujados, llegando a los 110 euros.
Por último, cabe recordar una historia muy curiosa que tuvo lugar en el Metro de Madrid. Un viajero se olvidó un billete de avión a Alemania y que gracias al personal de Metro, que se lo llevó a la T-4 del aeropuerto de Barajas, pudo coger su vuelo a tiempo.
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