Jordi Fernández es lo que es Canadá: frescura, juventud, estilo distinto y entretenido, ganas de no sólo ganar sino también trascender para derribar fronteras. Eso sí, que quede claro que, por encima de todo, él es de Badalona como con tanto orgullo proclamó después de birlarle a Estados Unidos un bronce que es de oro entre su valor histórico y la victoria en el duelo de potencias NBA.
Al técnico catalán de 40 años, casi tan novato como primer entrenador como la mayoría de las jugadores de la selección canadiense en el siempre desafiante baloncesto FIBA para las estrellas NBA, le dieron el equipo a menos de dos meses del Mundial.
Todo por hacer, pero todo destinado a que Jordi conectara de primeras con un equipo determinado a besar una medalla inédita en la historia de los Mundiales, para que sintiera de primeras eso que se siente o no se siente con un Dillon Brooks áspero como siempre en defensa -Mejor Defensor-, pero virtuoso como nunca en ataque coleccionando puntos como el genial Shai Gilgeous-Alexander con su consagración como estrella.
Ya le venía insinuando algo el destino a Jordi desde el momento en el que se convirtió en Toronto en el primer entrenador nacido en España de toda la historia en dirigir un encuentro como ‘head coach’. Después de inyectar euforia también en Sacramento llevando a los Kings a playoffs 17 años después como asistente principal de Mike Brown, va y le arrebata el bronce a los mismísimos Estados Unidos para que la NBA le ponga más ojitos todavía para convertirle en primer entrenador. Confía en que algún día pasará en una interesante conversación con MD.
¿Qué momento le emocionó más, nada más terminar el partido por el bronce o cuando se puso a hablar de aquella manera de Badalona?
Estoy muy contento. Es básicamente recordar de dónde vienes. Cuando acabas un torneo así, con todos los viajes, toda la familia, muchas emociones, estando fuera de casa… Tienes presente a la familia. La gente no se da cuenta de lo que sacrificas cuando estás fuera.
Estados Unidos forzó la prórroga en el último segundo con un tiro increíble de Bridges. Cuando algo así pasa el equipo que encaja el empate suele quedar tocado pero Canadá se marcó una prórroga espectacular. ¿Qué les dice a los jugadores para levantarles el ánimo?
Les dije que teníamos 5 minutos más para jugar juntos. Este grupo es muy resiliente, se ha sobrepuesto a todo. Han competido muy bien desde el principio y en un momento en el que nos podríamos haber dejado ir después de que nos empataran así. No fueron nuestros mejores 5 minutos del torneo, pero fueron muy buenos. La manera cómo ganamos dice mucho del grupo, del talento, la unidad que hay entre ellos y su capacidad de trabajo. Son ellos los que lo sacan adelante.
Coge la selección de Canadá a menos de dos meses del Mundial y con muchos jugadores sin experiencia FIBA y sin haber estado en la pista juntos. ¿Cómo la hecho para que se viera una idea de juego tan clara en la pista en tan poco tiempo?
Es mucho trabajo, al final no iba a ser perfecto, yo no había tenido continuidad con el grupo. Pero el grupo ha demostrado su compromiso, sus ganas de trabajar. Eso es lo importante, porque por mucho que expliques tienen que querer escuchar, aprender, estar receptivos y con eso me quedo. Han querido aprender y mejorar cada día.
Los jugadores destacan de usted la buena comunicación que siempre ha habido. Ha combinado elogios y otras veces ha sido más crítico como tras la derrota contra Brasil en la segunda fase. ¿Cómo ha sido encontrar el equilibrio?
Al final a los jugadores les tienes que dar siempre un extra. No les critico ante la prensa, pero cuando han hecho mal, soy crítico con el grupo, conmigo mismo el primero. Lo que tenga que decirles concretamente se lo digo y siempre después de una derrota, una decepción, han respondido y eso es lo importante. Cuando no has jugado nunca FIBA nunca sabes cómo de importante es cada partido. Pero el grupo se ha adaptado bien, todavía queda mucho trabajo por hacer pero han visto que si seguimos así podemos hacer grandes cosas en el futuro.
“¿El discurso sobre Badalona? Es básico recordar de dónde vienes”
Dillon Brooks ha estado descomunal, no sólo en defensa, sino en ataque con esos 39 puntos contra Estados Unidos como obra maestra viniendo de una temporada difícil. ¿Tuvo alguna conversación especial con él para que recuperara la confianza?
Él vino con el espíritu de trabajar y hacer lo que hiciera falta por el equipo y la selección, a pasárselo bien y a disfrutar de la experiencia. Al final ha ido mejorando como jugador, sólo que tengo palabras muy positivas para él a todos los niveles: en ataque, en defensa, como jugador, trabajador, compañero. He intentado conocerlo, establecer una buena relación. Este es un grupo muy bonito y entrenable, y cuando estableces esta conexión y relaciones hay momentos positivos y otros en los que decir la verdad, diciendo honestamente lo que crees, sea positivo o algo a corregir. Hago lo mejor para el equipo.
¿Cómo es Brooks desde dentro?
Excelente. No es más que una persona normal que viene y muy profesional, se cuida muy bien, todo el trabajo que invierte para estar al 100% para jugar. Su trabajo en el gimnasio, las cosas que hace por su cuenta, es un súper profesional. Y dentro del vestuario conecta con los compañeros, todos le respetan. Es como el resto del grupo, no es nada del otro mundo. Es uno de los mejores competidores que he visto nunca y en en toda la pista, no sólo en defensa, donde tiene un súper poder, si no que en ataque ha demostrado no sólo que puede anotar pero también ser eficiente con la calidad de los tiros y su acierto. Y generando juego para sus compañeros haciendo cosas simples.
¿Cuál fue el momento más crítico del Mundial?
La derrota contra Brasil. Perdimos un poco el propósito que teníamos de cómo hacer las cosas, lo perdimos nosotros mismos. No nos recuperamos desde el inicio, fuimos vagos para hacer muchas cosas y partidos así se complican. Pero cuando te falta experiencia y madurez en estos torneos esos cosas pasan. Al final tuvimos suerte porque el partido contra España no fue fácil pero también nos ayudó a crecer mucho. Cuando pierdes es cuando realmente creces.
Hablemos del juego. ¿La idea era ser más estricto con los jugadores en defensa para darles más libertad en ataque?
No es realmente así. Tenemos un estilo de juego que por nuestro físico y nuestras cualidades tenía que ser diferente. No somos un equipo europeo ni tampoco Estados Unidos, tenemos una identidad propia. Sí que es cierto que tenemos jugadores que, una vez robamos, podíamos correr la pista y pocos pueden jugar en ataque a este ritmo. Después, hemos generado buenos tiros, creo que éramos el número 1 o 2 en eficiencia ofensiva de todo el torneo. La gente puede decir lo que quiera sobre sistemas de juego o sobre hacer una jugada de 20 segundos para generar un tiro. Al final hemos creado muchos lanzamientos de calidad y luego meterlos porque siendo buenos tiros es más fácil que entren.
“No somos un equipo europeo ni Estados Unidos, tenemos una identidad propia”
¿Cuáles han sido las claves para generar tiros de calidad en el ataque estático?
El compromiso de los jugadores por hacer lo que queríamos hacer. Era trabajar los espacios, tocar la pintura y los cambios con inversión de balón, 3 factores que hacían que pudiéramos generar tiros y cuando lo hicimos muy bien ganamos. De hecho, contra Brasil fue nuestro peor ataque y contra Serbia nuestro peor partido defensivo. Acabamos los dos partidos con errores nuestros que no teníamos que hacer, pero esto a veces pasa y tienes que recuperarte.
A un buen ex colaborador y amigo suyo como Mike Batiste le asombra cómo abrió la pista para Shai Gilgeous-Alexander con las reglas FIBA. ¿Cómo lo hizo?
La receta es él mismo con su talento y calidad. A jugadores así les tienes que ayudar un poco para que se adapten el juego FIBA con un tiempo de adaptación pero él es muy inteligente y una vez se adaptó tuvo una actuación espectacular, todo el mérito es suyo. Un jugador así te hace mejor entrenador.
¿Cómo gestionó lo de quedarse sin Jamal Murray a última hora? Aparte de venir de campeón de la NBA, tiene una relación especial con usted.
Una baja como cualquier otra. Me hubiese gustado que hubiera estado pero al final tomó una decisión y todos la respetamos. Él estuvo con el grupo, trabajó y al final lo único fue darle apoyo y centrarnos en el grupo que quedó y que ha estado increíble.
Hablaba tras el bronce de “cosas a mejorar”. ¿En qué pueden progresar de cara a los Juegos Olímpicos para lograr un resultado incluso mejor?
Es la experiencia del grupo, porque al final competimos a un nivel con el que podríamos haber terminado más arriba pero también más abajo. Los Juegos Olímpicos son muy exigentes, es un torneo corto con menos partidos pero muy especial. Hay que dar continuidad, seguir trabajando y esa es la receta. Después, cuando hayan pasado más días, valoraremos las cosas de otra manera, pero es importante dar continuidad a este grupo y seguir trabajando juntos.
Ha mencionado antes a España. Les eliminaron en el último partido de la segunda fase por un ajustado 88-85. ¿Cómo valora su papel?
Es un equipo muy competitivo, muy bien entrenado, juegan muy bien y tuvieron una situación similar a la nuestra con una patinada contra Letonia, que al final ha sido el equipo sorpresa del torneo. Ganaban los últimos cuartos, contra nosotros se pusieron a 3 en el tercer cuarto cuando habíamos ganado por bastante y luego le sucedió a España en el último cuarto.
Estas cosas pasan contra un equipo tan unido y con tanta energía, España tuvo un mal último cuarto y luego fue contra ellos a cara a cruz. Si les hubiese salido cara, habrían tenido opción de medalla, no se puede juzgar su resultado en el Mundial como negativo después de lo que han conseguido y si veías cómo jugaban: defendía muy bien, competía muy bien, cada uno sabía lo que hacía… Después hay jugadores importantes que hubiesen incrementado el nivel, pero al final todos contamos con cosas así. Hubiera sido diferente si no hubieran competido, pero fueron un grupo competitivo y lucharon. Es un grupo unido y bueno.
“No se puede juzgar el resultado de España en el Mundial como negativo”
Siempre ha insistido en que no se puede comparar el baloncesto NBA y FIBA porque las reglas son muy diferentes. Pero, ¿diría que este Mundial ha demostrado que todo está muy igualado?
Sí, un torneo así te hace ver que en un torneo FIBA los jugadores que juegan sobre todo Euroliga son jugadores de grandísimo nivel y está demostrado. Sigo pensando que los mejores jugadores del mundo están en la NBA, pero en un torneo FIBA los jugadores de Euroliga de máximo nivel y de FIBA creo que puede marcar mucho la diferencia y así se ha visto: los equipos que tenían una mezcla de jugadores NBA y de Euroliga han sido equipos potentísimos y los que han acabado ganando. Te tienes que adaptar a cosas que resaltan más que otras. Pero ha sido un torneo con mucho talento y muchos partidos.
¿Qué piensa de las reglas distintas?
Las normas cambian mucho el estilo de juego. La línea de los 3 puntos en la NBA es más grande y los 3 segundos también hacen el campo más grande, lo de los 12 minutos (la duración de cada cuarto). Pongo un ejemplo que es bastante ridículo: todo el mundo dice que en la NBA de todo lo que se anota y no se defiende, pero las cifras de eficiencia defensiva en este torneo han sido mucho peores que en la NBA.
Si ves el partido entre Estados Unidos y Alemania, se van 60-60 al descanso pero en 20 minutos, son muchos puntos. A veces la gente lo valora por el marcador, pero son menos minutos y a veces menos posesiones, eso no quiere decir que se defienda mejor.
Nosotros en el 1×1 defensivo creo que demostramos que teníamos mucho poder físico y eso se notaba mucho atrás y cuando tuvimos mejores partidos fue cuando estuvimos mejores atrás. Eso es porque al final tenemos jugadores muy buenos defendiendo a jugadores con balón, pero fuera de eso no deja de ser que FIBA y NBA tienen normas diferentes y hay cosas adaptables.
Ha tenido entrevistas este año con los Suns y los Raptors para ser primer entrenador en la NBA. También le han considerado los Hawks. ¿Diría que le falta más experiencia en los procesos de selección y en las relaciones con los ejecutivos para dar ese paso final?
No creo que sea eso. Cuando llegue, llegará y el motivo por el que me den el trabajo es porque una persona me lo quiere dar. Lo que tengo que hacer es ganar experiencia como entrenador y crecer y ahora que vuelvo a Sacramento quiero aportar esa experiencia.
Tengo ilusión por aprender, por hacer cosas nuevas y tener retos diferentes en mi vida, eso es importante. Fuera de eso, ni mucho menos me obsesiona. Ser ‘head coach’ de la NBA me gustaría mucho y confío en que pasará, pero no cambiaría esta experiencia del Mundial por nada del mundo e ir a entrenar a los Juegos Olímpicos. Eso es lo que realmente me hace ilusión porque es lo que pasará. El resto, no tiene mucho sentido dar vueltas a cosas que no sabes si pasarán.