El estado estadounidense de Nuevo México aprovechó el martes las conversaciones de la COP28 en Dubái para anunciar un plan para usar aguas residuales de la industria del petróleo y el gas hacia proyectos de energía limpia que consumen mucha agua, como la fabricación de vehículos eléctricos y energía solar.
Nuevo México es el segundo mayor estado productor de petróleo y gas en Estados Unidos, por detrás de Texas, y lleva enormes cantidades de agua a la superficie, la mayor parte de la cual se devuelve al subsuelo.
Desviar parte del agua a la industria manufacturera podría aliviar la presión sobre los menguantes suministros hídricos del estado y ayudar a sus pozos de reinyección, que según investigadores corren el riesgo de llenarse y provocar sismos.
La gobernadora de Nuevo México, Michelle Lujan Grisham, dijo a Reuters en una entrevista que lanzará el programa, descrito como el primero de su tipo, en las conversaciones sobre el clima para inspirar a otros países con problemas similares.
“Si lo hacemos, se hará en otros lugares”, dijo.
La gobernadora indicó que ha mantenido conversaciones con sus pares de Australia y Taiwán y ha visto interés por parte de las autoridades de Oriente Medio.
Lujan Grisham dijo que Nuevo México tiene la intención de invertir 500 millones de dólares para comprar aguas residuales de perforación tratadas, junto con agua salobre de fuentes subterráneas, para establecer un suministro estratégico de agua, y buscaría acuerdos a partir de principios del próximo año.
Asimismo, argumentó que el agua subterránea salobre podría potencialmente ser tratada para consumo público, mientras que el agua producida por los perforadores sería apta para su uso en la fabricación de energía limpia.
La industria manufacturera, incluido el sector de la energía limpia, usa enormes cantidades de agua, generalmente como ingrediente en productos o en los procesos químicos para fabricarlos, o para enfriar equipos.
Lujan Grisham dijo que esperaba que el programa ayude a Nuevo México a atraer nuevos negocios de fabricación de energía limpia.
Los perforadores de Nuevo México generaron más de 2 mil millones de barriles de agua producida en 2022, de los cuales 1,200 millones fueron reinyectados, según la oficina de la gobernadora.
Las sequías provocadas por el clima han empeorado los suministros de agua del estado. En Albuquerque, por ejemplo, el Río Grande se secó por primera vez en cuatro décadas en agosto de 2022 y los modelos climáticos predicen una reducción de hasta el 25% en el agua disponible en todo el estado, dijo la oficina del gobernador.
Lujn Grisham dijo que Nuevo México ofrecerá contratos a largo plazo a posibles vendedores de agua, a quienes se les exigirá que limpien el recurso usando las mejores tecnologías.
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