Un año de la final de Kiev, donde todo cambió para que todo siguiera igual



Resulta prácticamente imposible realizar un ejercicio de memoria selectiva y quedarse con un único momento de los últimos 365 días en el Real
Madrid. Desde que Sergio
Ramos levantara al cielo de Kiev la decimotercera Champions del equipo blanco (de la cual este 26 de mayo se cumple un año) se ha marchado Zidane, se ha marchado Cristiano Ronaldo, ha llegado Lopetegui, se ha marchado Lopetegui, ha llegado Solari, se ha marchado Solari y ha vuelto Zidane, entre otras muchas cosas.

Todo ello se resume en una célebre frase de la obra literaria El Gatopardo de Giuseppe Tomasi di Lampedusa que podría aplicarse perfectamente a lo que ha ocurrido en el conjunto blanco durante este último año: “Que todo cambie para que todo siga igual”.

Doce meses después, y contra todo pronóstico, Zidane sigue siendo entrenador del Real Madrid, el equipo quiere volver a reinar en Europa y tiene ante sí un verano muy largo para hacerse con los mejores jugadores del mercado con tal de lograrlo. Prácticamente lo mismo que hace un año.

Se cumplen pues 365 días de la chilena de Bale, de las palabras de despedida de Cristiano que dinamitaron la celebración del título y de la proeza que supone sumar tres entorchados continentales de manera consecutiva.



Algo que ya queda muy lejos en la memoria de los aficionados teniendo en cuenta lo que reflejan los datos de esta recién terminada temporada. Por ello, en el Real
Madrid ya están pensando en la siguiente final. Como siempre.

Recuerdan con nostalgia la de Kiev pero a sabiendas de que en el conjunto blanco las derrotas quedan marcadas a fuego y las victorias se saborean bien, pero rápido. Y eso sí que no cambia nunca.


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