Sal Zamora lleva 25 años trabajando para la Patrulla Fronteriza y cuenta cómo él y sus compañeros viven la cruda realidad de la frontera sur. Algo que, muy aparte de la política, ve como toda una tragedia humana.
“Nunca he visto la explotación y el abuso del sistema en grandes cantidades y también no he visto la desesperación de la gente”, indicó Zamora, portavoz de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés).
Aunque reconoce que la mayoría de los migrantes que son detenidos son personas humildes que solo buscan un futuro mejor, su trabajo es detenerlos porque, sea sueño americano o no, entrar al país de manera ilegal es un crimen, dice.
“Se critica mucho de nuestras celdas, nuestros centros de detención que no son para niños, no son para adultos. De acuerdo 100%, no son para personas de la tercera edad, no son para niños, por eso mismo nos encontramos en esta crisis”, opinó.
Y asegura que lo que muchos no ven y la mayoría de medios de comunicación no informan es que por la frontera sur buscan entrada no solo familias desesperadas, sino traficantes de drogas y gente mala.
“En un determinado tiempo detenemos a un grupo de familias que están pidiendo asilo y después detenemos a un contrabandista de droga, alguien que nos quiere hacer daño”, aseguró.
Zamora reconoce que el ambiente político que se vive en Washington no ha favorecido su tarea en una frontera donde se ha visto un flujo impresionante de migrantes de todas las edades, enfrentamientos y hasta muertes.
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