El Fondo Monetario Internacional (FMI) acusa a la Administración de Donald Trump de estar “socavando” el sistema de comercio internacional elevando los aranceles y adoptando otras medidas para restringir las importaciones. En lugar de levantar barreras, el organismo que dirige Christine Lagarde pide a Washington que “trabaje de una manera constructiva” con sus socios para resolver las distorsiones y evitar que la disputa lastre el crecimiento global.
“Es de vital importancia que las tensiones con China se resuelvan rápido”, urge el organismo en el examen anual de la economía de Estados Unidos. Las medidas arancelarias, insiste, son ineficaces al contener los déficits y serán dañinas tanto para la propia economía estadounidense como la mundial. En este sentido, pide que no se centre solo en un pacto bilateral y llegue a un acuerdo más amplio que refuerce el sistema global de intercambios.
Esta reflexión la recoge en el informe anual sobre la economía de EE UU -conocido en la jerga como capítulo IV-, que se publica en plena tensión con México, su principal socio comercial, por lo que no contempla aún la estimación de impacto. Tan solo se limita a señalar que la ratificación del acuerdo comercial norteamericano (el T-MEC, que ya ha sido enviado a los Parlamentos estadounidense, mexicano y canadiense, pero visto bueno final no será nada fácil en plena escalada entre los dos primeros países) contribuiría a aliviar la incertidumbre reinante.
Lagarde no ocultó el miércoles su “frustración” y afirmó que la extensión de la batalla arancelaria le crea “ansiedad” por el impacto que esta situación de tensión acumulada puede tener en la economía global en un momento de “fragilidad”. “Hay cosas que son necesarias resolver”, comentó refiriéndose a la compleja reforma de la Organización Mundial de Comercio (OMC), “pero no hiriendo a la economía”. “Ojo con lo que se hace con esta máquina del crecimiento que es el comercio”, comentó mirando a la reunión de los ministros de finanzas del G20.
El FMI proyecta un crecimiento para EE UU del 2,6% este año. Es tres décimas más de lo que anticipó en abril, porque el arranque de 2019 fue más robusto de lo anticipado. Pero se modera del 2,9% registrado en 2018 y bajará al 2% en 2020 -este último se eleva una décima respecto a los indicado hace dos meses. De ahí se estabilizará en el 1,6% los años sucesivos porque se pierde el sustento de los estímulos fiscales. La inflación se espera ronde el 2,1%.
Perspectiva sujeta a los frentes comerciales
Los riesgos, por lo general, están equilibrados y descarta un escenario de recesión. Pero la previsión está sujeta, en todo caso, a la evolución del frente comercial. Una escalada mayor de la disputa arancelaria puede provocar un cambio abrupto en las condiciones financieras por la pérdida de confianza de los inversores y las empresas. Eso “representa un riesgo material” porque moderará con más fuerza el crecimiento, agrega el organismo con sede en Washington.
Más allá de la incertidumbre comercial, el gran reto de EE UU es el deterioro de las finanzas públicas. El FMI califica la tendencia actual de “insostenible”. “La expansión fiscal para apoyar la actividad económica”, añade, “tiene un coste”. El déficit se elevará este año al 4,2% del PIB y se mantendrá por encima del 4% en el medio plazo. La deuda federal escalará y llegará al 80% del PIB en 2020.
“Se necesita un ajuste para revertir el incremento de déficit y poner la deuda en una tendencia descendente”, reclama el organismo. En este sentido, menciona la reforma migratoria basada en la cualificación. Reconoce podría a la vez elevar la productividad y el tamaño de la fuerza laboral, al tiempo que rebaja la presión por el envejecimiento de la población. Eso, a su vez, beneficiaría a las cuentas públicas.
Es una de las recomendaciones que el FMI hace tradicionalmente y que van en línea con las políticas del presidente Donald Trump, como la inversión para modernizar las infraestructuras o simplificar la regulación. También habla de prestar atención a los trabajadores que se están viendo afectados por los cambios en la economía derivados de la globalización y los avances tecnológicos.
Pausa en la subida de tipos
En cuanto a la política monetaria, considera que el incremento de tipos de interés debería aplazarse hasta que haya evidencias de inflación en los precios y en los salarios. La incertidumbre global también invita a la pausa. Eso, añade, permitirá a la Reserva Federal evaluar los riesgos y, al mismo tiempo, dar un impulso a la inflación, que actualmente está en el 1,6%.
Respecto al sistema financiero, considera que los bancos están bien capitalizados y la calidad de los activos que tienen en cartera es buena. Pero advierte, como hizo en su informe global, que los riesgos a la estabilidad crecen a medio plazo. Cita el incremento de la deuda corporativa. Un cambio abrupto en las condiciones financieras, anticipa, puede crear un lastre al crecimiento, la inversión y el empleo.
El FMI también hace especial énfasis a la necesidad de hacer frente a la desigualdad. La expansión en EE UU cumple este junio su décimo aniversario. El daño de la última crisis está completamente reparado. Pero la prosperidad no fue compartida por igual. El ingreso medio de las familias, señala, está prácticamente estancado y la pobreza sigue al nivel previo a la recesión. Las rentas más altas elevaron, entre tanto, más su fortuna. “Hay mucho margen para mejorar”, concluye Lagarde.
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