Algunos capítulos curiosos de Lucía, que hizo historia en el Mundial


La jugadora del Athletic Lucía García fue clave para firmar la primera victoria de España en un Mundial. La benjamina de la selección entró al campo tras el descanso con 0-1 favorable a Sudáfrica y revolucionó el partido del Stade Oceane de Le Havre. Provocó un penalti y se apuntó el 3-1 definitivo. Pero la delantera no se quiere parar ahí, quiere más.

“Me veo con capacidad de hacer cosas. Si el míster lo decide, yo voy a estar ahí para todo. Soy joven, quizás tengo más opciones por edad de regresar a un Mundial que una jugadora de 30 años, pero el fútbol me ha dado ya la oportunidad de demostrar que puedo estar. Conmigo se demuestra que si trabajas y te esfuerzas puedes llegar”, comentó Lucía en Efe.

Los consejos de Erika

Llegaba a esta gran cita con los consejos de una compañera en la maleta. “Erika me dijo que un Mundial es una experiencia única, que se vive muy pocas veces y que hay que pasarlo bien, que si no juego mucho no me amargue y, sobre todo, que lo disfrute todo”, dijo.

Ya pudo vivirlo desde el primer día de competición. Jorge Vilda tiró de ella para cambiar el ritmo, dejando en el descanso en la caseta a una de las ‘jefas’ del combinado estatal, Amanda Sampedro. “Jugar en mi posición te hace meter goles y la verdad es que estoy muy contenta y muy feliz de estar con el equipo y darle la victoria. Es lo más importante”, destacó Lucía.

La atacante rojiblanca, de 20 años, debutó en Primera a los 15 con el Oviedo Moderno y fichó por el club bilbaíno con 18. “¿Que cómo termina una chica de Asturias en el Athletic? Porque nací en Barakaldo. Soy cuatrilliza. El parto era de riesgo y Gijón no tenía esa unidad especializada. Mis hermanos y yo nacimos a los siete meses de embarazo. Estuvimos un tiempo en la incubadora y, cuando todo estuvo bien, nos volvimos a casa”, recordó. Rápida carrera.


Lucía quiere hacer un día el Camino de Santiago a pie. Sus padres llevan un albergue en este recorrido. Se considera “algo despistadilla”. Dice que nació “con un balón en los pies”. Comenzó jugando con tres chichos contra una pared, en su pueblo, Pola del Pino, “no había campo ni nada”. Crecer entre chicos le hizo “fuerte y guerrera”. Pero destaca que “si hoy estoy aquí es por todo el esfuerzo que hicieron mis padres, llevándome para arriba y para abajo”. No es su primer Mundial, estuvo en el sub-20. Una rápida carrera. “Cuando empecé en Primera con 15 años en Oviedo me llamaban cabra loca. ¡Ni siquiera sabía lo que era un fuera de juego! Pero lo presionaba todo”. Carácter.



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