El internacional belga Eden Hazard, la nueva estrella del Real Madrid,
nació en La Louvière, el municipio de Valonia, que en 2018 ganó el premio EDEN Destinos Europeos de Excelencia en la categoría de Turismo Cultural.
El nuevo ‘galáctico’ del club merengue es natural de Valonia, la región al sur de Bélgica que se presenta como una tierra idónea para amantes del ciclismo, la naturaleza y la gastronomía (especialmente con los quesos y la cerveza como protagonistas), pero que cuenta con muchos más tesoros.
1. Valonia, sobre ruedas
Sin duda, pedalear en bicicleta es una de las mejores formas de conocer el territorio valón. Valonia tiene velódromos, circuitos de BTT y bike parks para los ciclistas más exigentes, pero, además, también cuenta con vías señalizadas que atraviesan paisajes verdes de ensueño con mucha historia a sus espaldas, ideales para recorrer en familia.
Destacan la región de Las Ardenas por sus caminos de tierra y de asfalto y el municipio de Houffalize, en la misma región, apodado como la capital de la mountain bike belga.
2. La cerveza, imprescindible de la cultura valona
Para los belgas, la cerveza es la bebida nacional de su país. En Valonia están el 40% de las fábricas productoras de cerveza del país y muchas de ellas son puntos de parada obligatoria en las rutas cerveceras, uno de los grandes atractivos turísticos del sud belga.
Si estas rutas tienen algo especial es que recorren fábricas o bares-restaurantes brasseries donde se pueden encontrar cervezas únicas y que difícilmente se pueden comprar fuera de allí. Cada cerveza cuenta con una historia y un sabor particulares que ayudan a llevarse un recordatorio imborrable del territorio valón.
3. Tierra de un prestigioso patrimonio
Valonia es una tierra que rinde homenaje a su cultura. Algunos de sus festividades, elementos arquitectónicos o paisajísticos han sido reconocidos por la UNESCO a lo largo de su historia. Algunos de los ejemplos más ilustres son el Carnaval de los Gilles, que desde 2003 es Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad; las minas neolíticas de Silex Spiennes que son Patrimonio Mundial de la UNESCO; la Catedral de Nuestra Señora de Tournai, Bien Cultural desde hace 19 años.
Uno de los elementos valones más curiosos y que cuenta con el reconocimiento de la UNESCO desde 1998 son los cuatro elevadores del Canal du Centre, unas construcciones industriales de gran valor ubicados muy cerca de La Louvière, la ciudad natal de Hazard. Este municipio también fue galardonado con el premio EDEN en la categoría de Turismo Cultural.
4. Un lugar que respira historia
La región boscosa de Las Ardenas es la protagonista de una de las grandes ofensivas alemanas a finales de la Segunda Guerra Mundial. La Batalla de las Ardenas se libró en los bosques y montañas de la zona que pertenecen a Valonia. Por eso allí se encuentra el único museo de la Batalla de Las Ardenas que presenta una sección británica.
Un espacio donde se muestran más de 120 maniquíes de soldados americanos, ingleses, alemanes y escoceses con su equipamiento, armamento y uniformes cedidos por veteranos que participaron en la Batalla de Las Ardenas. También cuenta con una importante colección de armas, documentos fotográficos, objetos personales, material encontrado en el campo de batalla y vehículos militares.
5. Delicias valonas, mucho más que cervezas y quesos
Aunque el queso y la cerveza son dos estándares culinarios de Valonia, también cuenta con una gastronomía mucho más extensa y rica que sorprende al paladar. El pastel de Gaume, el gofre de Lieja, la crepe doble de Binche o las chuletas en salsa Al’berduoille son sólo algunos platos que llevan la firma de la región belga. Además, Valonia cuenta con rutas gastronómicas que descubren algunos secretos de su cocina.
6. Una región para practicar deportes acuáticos
Valonia es tierra de aguas. Algunos de sus lagos son un atractivo turístico en sí y este privilegio le da la oportunidad de presentarse como un territorio soñado para los intrépidos y fanáticos del kayak. En el río Lesse hay un recorrido de más de dos horas donde se puede disfrutar de la adrenalina de los deportes acuáticos y de las vistas privilegiadas de los castillos y la naturaleza que abundan en las orillas del torrente valón. Para las familias que quieran practicar kayak como una opción de relax, las curvas del río Amblève son la opción ideal.
7. Un jardín natural donde perderse y desconectar
Disfrutar de la naturaleza de Valonia es otro de sus atractivos turísticos, sobre todo para los amantes del turismo rural o para quienes buscan escapar del bullicio de las grandes ciudades. En la región valona se encuentran lugares excepcionales como el Castillo de Freÿr en el Mosa, el Jardín-Huerto de la Fortaleza o el Global Geopark Famenne-Ardenne, el primer geoparque UNESCO
de Bélgica, un espacio de biodiversidad único de más de 900 kilómetros cuadrados.
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