NUEVA YORK – Una inesperada situación en la corte de Brooklyn donde se lleva a cabo el notorio juicio de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera sembró un momentáneo suspenso entre los presentes este miércoles, especialmente las autoridades.
Y es que justo antes de iniciar la sesión el juzgado quedó a oscuras por un breve apagón.
El motivo fue que al retornar el servicio eléctrico una persona clamó “¡El Chapo no está!”, cuando en realidad el capo mexicano ni siquiera se había movido de su sitio. La sesión continuó sin más percances momentos después.
Así va el caso:
El juicio por narcotráfico contra “El Chapo” Guzmán podría finalizar en la semana del 21 de enero, en unos 15 días, aunque la defensa sostiene que el proceso podría alargarse hasta mediados de febrero, según confirmaron a Efe fuentes cercanas al caso.
Ese retraso entre la versión de la defensa y la que apuntan fuentes cercanas a la Fiscalía, que ejerce la acusación, estaría motivado por el hecho de que los abogados del Chapo harán su propio alegato, además de los argumentos finales de ambas partes para que los jurados deliberen.
El juicio que se desarrolla en Nueva York seguirá por tanto alrededor de un mes más, aunque los testigos de mayor relevancia en el caso -también a nivel mediático- ya han desfilado ante el juez de la corte federal de Brooklyn Brian Cogan.
De momento, hoy continúa el interrogatorio de la defensa a un testigo colaborador de la Fiscalía, Édgar Galván, amigo de Antonio “Jaguar” Marrufo, un presunto asesino al que el cártel de Sinaloa encargó deshacerse de sus rivales en Ciudad Juárez.
Se trata de un testigo menor, descrito por medios como The New York Times como “un tipo, que conocía a otro que conocía a quien estaba a cargo”.
Ayer finalizó su testimonio el hijo de Ismael “Mayo” Zambada, Vicentillo Zambada, una pieza clave en el caso de la Fiscalía contra Guzmán, ya que confirmó su papel como líder del cártel de Sinaloa, así como diversos entresijos del funcionamiento de la organización criminal, encargos de asesinato incluidos.
Tomó el testigo un agente especial del FBI, Jose Moreno, que lideró una operación especial en 2012 en una villa de Cabo San Lucas donde El Chapo estuvo escondido y donde se encontraron, en desorden por una huida rápida, objetos tan cotidianos como zapatillas deportivas, ropa interior y muestras de la lujosa vida del narcotraficante.
La defensa echó en cara no haber aportado dichos zapatos como prueba, preguntándose por qué el acusado no habría de probarse el calzado: “El jurado no tiene forma de saber. ¿Y si no le entran, qué?”. “¿Qué es esto, el juicio a O.J. Simpson?”, cuestionó el agente.
En 1995, durante el juicio por asesinato a Simpson, la defensa utilizó en contra de la Fiscalía unos guantes ensangrentados que la acusación había presentado, haciendo que la celebridad se los probara y argumentando, posteriormente, que no le servían.
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