Ceballos se queda solo


Mediado el segundo tiempo, todavía con el empate (1-1) campeando en el marcador, Daniel Ceballos recibió un balón en la medular en posición ventajosa y levantó la cabeza para buscar socios. A su alrededor, ningún compañero dio un paso al frente para pedir el cuero al pie, intimidados quizás por el juego violento con el que se emplearon los italianos.

El jugador del Real Madrid, al que nunca le quemó el esférico a pesar de ser el jugador más perseguido, echó en falta durante toda la segunda parte a su mejor socio, Fabián Ruiz. El centrocampista del Nápoles tuvo que retirarse en el descanso después de que una dura entrada del capitán italiano Mandragora antes del primer cuarto de hora le dejara finalmente fuera de combate.

Campo de minas

Si la intención y la estrategia del técnico transalpino Di Biagio era sacar del partido a los talentosos jugadores españoles, no hay duda de que su plan salió a pedir de boca. En cuanto se vieron por debajo en el marcador después del golazo genial de Ceballos (8’), los italianos decidieron que se había acabado la barra libre.

A partir de ahí empezó la cacería, un festival de patadas y marrullerías que se prolongó durante los 90 minutos gracias a la permisividad del colegiado, casero, casero. La lesión de Fabián dejó huérfano en la medular a Dani Ceballos, que tuvo que moverse mucho más para recibir el balón en (peores) condiciones de hacer daño a la zaga rival.

En el rato que compartieron hábitat natural, los dos centrocampistas andaluces dieron buena muestra de su sintonía en un arranque de partido de altos vuelos por parte de España. Fue lo mejor y casi lo único que pudo rescatar la Rojita de la batalla de Bolonia. El equipo de De la Fuente necesitará una versión más amenazante de sus delanteros. Ni Mikel Oyarzabal ni Borja Mayoral comparecieron en ataque.


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