Lucía García está llamando la atención de todo el mundo. La benjamina de la selección y futbolista del Athletic está mostrando, además de su enorme velocidad, un desparpajo que trae consigo el factor revulsivo. Con tan poca edad tiene mucho que explotar y lo curioso del caso es que sus inicios en el balompié encierran multitud de anécdotas, como refleja un reportaje de La Razón. “Ella nunca se imaginó nada de esto. Es una jugadora que no tiene expectativas de ella. Lo vive todo como una casualidad. Casualidad que haya jugado de titular, casualidad que haya anotado un gol, casualidad que esté mostrando este nivel… Aunque tampoco se infravalora. Solamente se deja ir”, recuerda Beatriz Álvarez, presidenta del Real Oviedo femenino.
Lo vive todo como una casualidad. Casualidad que haya jugado de titular, casualidad que haya anotado un gol, casualidad que esté mostrando este nivel… Aunque tampoco se infravalora. Solamente se deja ir
Allí fue donde la rojiblanca empezó a darle al balón. “Un día se presentó en las instalaciones del Oviedo para hacer las pruebas. Le preguntamos si alguna vez había jugado al fútbol y nos dijo que no. ¿Ni siquiera en el pueblo o en el cole? ‘’En el pueblo es que somos muy pocos y a mis hermanos tampoco les gusta el fútbol. Yo ando con la pelota por las caleyas’’–calle en asturiano–”, desvela la presidente.
En el pueblo es que somos muy pocos y a mis hermanos tampoco les gusta el fútbol. Yo ando con la pelota por las caleyas’’–calle en asturiano–
A pesar de no estar familiarizada con el deporte, pronto empezó a dejar embelesada a la gente. “Cuando vimos lo que hacía flipamos. Los entrenadores rápidamente dijeron que a esa niña había que hacerle una ficha. Era un talento innato”, añade Álvarez. En su primer partido como infantil, donde el Oviedo era el único equipo femenino de la competición, Lucía brilló. “Marcó tres goles y ganó el partido ella sola. Tenemos grabado un gol donde coge el balón cerca de nuestra área y va regateando a todos los niños hasta que marca. Aún guardamos ese vídeo con mucho cariño”.
Tenemos grabado un gol donde coge el balón cerca de nuestra área y va regateando a todos los niños hasta que marca. Aún guardamos ese vídeo con mucho cariño
A pesar de esa habilidad innata, Lucía aún estaba muy escasa de conceptos básicos. “Llegó muy verde, no tenía ni idea de fútbol. En ese primer partido se quedó casi todo el tiempo al lado del portero rival y el entrenador le decía: ‘Lucía, ¡que estás en fuera de juego! y ella preguntaba “¿eso que es?”, aporta la presidenta. “Había que explicarle -a la madre- que en los descansos de los partidos no podía darle un pincho de pollo y ella nos decía: ‘Pero es que tiene hambre’”, añade.
Había que explicarle -a la madre- que en los descansos de los partidos no podía darle un pincho de pollo y ella nos decía: ‘Pero es que tiene hambre
Por cierto, la jugadora del Athletic tuvo su época en la que quería situarse en la portería. “La dejamos probar de portera. “Ves que se me da muy bien. Me dice el entrenador de porteros que lo hago fenomenal””, le trasladaba. Con el paso del tiempo esa idea se desvaneció para ser una fulgurante futbolista de campo gracias a sus convocatorias con la sub’17. Así se fraguó en su inicios la carrera de Lucía,que invertía tres horas entre ir y volver de los entrenamientos.
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