‘El Principito’ fulminó al rey y batió al ídolo local . En Austria, entre las montañas de Estiria, Charles Leclerc, a lomos de su ‘Cavallino Rampante’, por fin pudo galopar más rápido que los demás, superando a Lewis Hamilton por 0”259 y a Max Verstappen por 0”436 para hacerse con la segunda pole de su carrera deportiva. La primera la logró en Bahrein, en una segunda cita en la que solo un fallo en su motor le privó de lograr su ansiado primer triunfo en la F1. Y ahora, este amante de Coldplay, con una ‘cabeza llena de sueños’ como la canción de la famosa banda liderada por Chris Martin, buscará por fin levantar los brazos al final de la cita del domingo como siempre ha anhelado.
El joven de 21 años ha sabido esperar su momento tras unos Grandes Premios complicados con el error de su equipo en la clasificación de Mónaco o su fallo de Bakú. Pero nunca se deshizo, exhibiendo la gran fortaleza mental que aquellos que más le conocen destacan por encima de todo. Ya volvió a sonreír con su podio en Paul Ricard, y lleno de confianza, atacó en Austria. Dicen que es como un felino, que nunca pierde la compostura, esperando para atacar a su presa. Y este sábado, el ‘16’ sabía que era día de cacería.
Fue el más rápido en la FP2 pero su ritmo su rendimiento se vio tapado por los accidentes y el fuerte viento que golpeó al Red Bul Ring el viernes. Pero confirmó su fuerza en la FP3 y en la pole final. Siempre, con un pilotaje muy fino, como si tocara el piano, otra de sus grandes pasiones, sin salirse en ningún momento de una partitura llena de harmonía pese a la dificultad de la pista austríaca, donde cualquier error se paga muy caro. Pero en ningún momento se equivocó de tecla, y en su último giro no dudó en agarrar la guitarra, que también toca, para animar con una gran vuelta un fin de fiesta para Ferrari que terminó de forma agridulce, con aplausos y alegría en el box de Charles y caras largas en el de Vettel.
Vettel, espectador de lujo
El alemán Sebastian Vettel no tuvo nunca el ritmo y la finura que demostró Charles Leclerc durante todo el fin de semana, pero podía estar ahí para batallar por las primeras plazas. Pero esta vez, su monoplaza no se lo permitió. Una de cal y una de arena para Ferrari, que vio como su teórico líder se quedaba sin opción si quiera de salir a pista en la Q3 debido a un fallo de motor que le relegó a la décima plaza. Nuevo problema de fiabilidad para un equipo que pone todas sus esperanzas en Leclerc, aunque con una estrategia un tanto extraña. Mientras los Mercedes y Verstappen apostaban por lo lógico, que fue pasar a la Q3 con el neumático medio para evitar el blando de cara a la carrera, Ferrari no lo hizo, por lo que el monegasco podría sufrir a lo largo de la cita. Nadie dijo que fuera fácil, pero en esta ocasión, lo va a ser y mucho.
Sainz, a por la remontada
Sabor agridulce también para McLaren. Norris fue sexto, superado por un sorprendente Haas de Kevin Magnussen y confirmando así las buenas sensaciones del coche de Woking en Austria. Pero sin embargo, Carlos Sainz, que también podía haber estado ahí sin duda, tuvo que evitar clasificarse para la Q3 para tener libre elección de neumáticos en una carrera en la que arrancará desde el fondo de la parrilla por cambiar motor. Y todo por escoger Austria como el circuito para realizar el cuarto cambio de motor en el coche del español, que deberá arrancar por ello desde la cola de la parrilla y afrontar así una enorme remontada.
Carlos ya se lamentaba el viernes debido al gran ritmo que tenía su coche. “Me da rabia”, decía. Pero a partir de ahora, no más lamentos. Carlos ya piensa en su estrategia y en realizar una de sus grandes salidas que le acerque de nuevo a los puntos.
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