Tras 8 carreras consecutivas dominando, Mercedes vio finalizada su gran racha de victorias desde que empezó el curso en la carrera del pasado fin de semana, el GP de Austria. Tras un inicio de año impoluto, en el que solo en Bahrein no fueron superiores aunque terminaron ganando por el problema de motor que sufrió Charles Leclerc al final de la cita, los de la estrella por fin sufrieron sus primeros contratiempos este curso en el Red Bull Ring. Todo, por culpa de las altas temperaturas, que alcanzaron los 50 grados en pista en el momento de la salida y los 30 de ambiente. Al parecer, según comentó el jefe del equipo, Toto Wolff, en declaraciones a la agencia de noticias GGM, el principal contratiempo con el que se tuvieron que enfrentar el pasado fin de semana fue de refrigeración del chasis, lo que les obligó a bajar el ritmo.
“Abrimos el chasis lo máximo posible. La otra forma de conseguir bajar las temperaturas era el lift and coast (técnica que consiste en levantar el pie del acelerador antes de la frenada). Sabíamos que teníamos un problema con la refrigeración del chasis, es nuestro talón de Aquiles, pero perder es la mejor forma de aprender. En Austria teníamos que hacer lift and coast cada 400 metros para refrigerar el coche”, comentó el austríaco, destacando que el conjunto de Brackley deberá seguir trabajando para que dichos problemas no se vuelvan a repetir.
“Los demás fueron al máximo, como debería ser en Fórmula 1. Por suerte, no hay muchas carreras en las que haga un calor como éste, quizás Hungría o México”, añadió Wolff, admitiendo que en Spielberg no pudieron competir al máximo como sí lo hicieron el resto: “Estábamos dando vueltas, no estábamos compitiendo, pero aunque no fue un buen día para nosotros, lo fue para la Fórmula 1”.
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