Del mismo modo que lo hiciera Modibo
Sagnan, Álex
Remiro también tuvo ayer la oportunidad de conocer las instalaciones de Zubieta. El jugador de Cascante, que llega libre tras no renovar con el Athletic, tuvo una jornada muy similar a la del francés y, tras pisar el verde del campo de Amara atendió a los medios oficiales del club txuri urdin.
El nuevo guardameta blanquiazul llega tras vivir “un año diferente”, en el que ha estado apartado de las convocatorias por órdenes de la directiva del Athletic. No ha disputado ni un solo minuto, pero él se ha entrenado como uno más con la posibilidad de venir a la Real en la cabeza, tratando de aislarse de todo y trabajando el aspecto psicológico: “Aparte de prepararme físicamente, me he preparado mentalmente y con la ayuda de personas que están capacitadas para el tema psicológico y del control de las emociones, he mejorado mucho en este aspecto”. Ahora ya ve la luz al final del túnel y tiene “muchas ganas de venir y de ponerme a prueba”.
Es consciente de que, tras el nivel ofrecido por Rulli y Moyá la pasada campaña, tiene el listón bastante alto: “En los últimos años, los porteros han estado a un gran nivel aquí y tengo ganas de que, cuando pase el tiempo, la gente pueda decir que yo también he estado a la altura”.
Cree que tiene cualidades para triunfar. Se define como “un portero tranquilo. Me gusta tenerlo todo controlado, soy bastante meticuloso y me gusta hablar y comunicarme con mis compañeros”. Además, considera que tiene “un punto de atrevimiento” y que todo ello contribuye a hacer “una buena mezcla”.
En Donostia se encontrará con varios compañeros que ya conoce. Contra muchos de ellos ha competido y compartido selección de Euskadi en categorías inferiores desde que era un niño y habla con conocimiento de causa de que “se va a quedar un equipo con muy buenos jugadores, jóvenes, con hambre y calidad y creo que podemos aspirar a grandes cosas. Por lo menos a dar siempre la cara en los partidos y que no nos pueda decir nadie nunca nada”.
El proyecto que está armando la Real le “motiva e ilusiona”. Ve “un equipo joven, con bastantes caras nuevas. Es un buen vestuario y tengo muchas ganas de empezar y ver hasta dónde puedo llegar”.
El cascantino lleva meses pensando en el próximo lunes, el día en que comenzará a entrenarse con su nuevo equipo. Durante la pasada campaña tuvo que convivir con el hecho de que en Bilbao se supiera que su destino era la Real, algo que obviamente no gustó. Pese a ello, él ha mantenido la cabeza fría y se ha centrado en dar lo mejor para la Real a partir de esta temporada: “Se ha hablado mucho de si iba a venir o no, de si estaba preparado o no. Y lo único que he hecho ha sido prepararme y tengo un hambre y unas ganas de verme y de demostrar que no te puedes imaginar. Para que así la gente que tenga dudas pueda estar más tranquila”.
Source link