Emiratos Árabes Unidos (EAU) ha empezado a retirar sus soldados de Yemen, después de cuatro años largos de intervención en ese país junto a su vecino y aliado Arabia Saudí. El repliegue, que Abu Dhabi presenta como un cambio de prioridad de una estrategia militar a una de paz, coincide con el aumento de la tensión en la zona debido al pulso entre Irán y Estados Unidos. No obstante, los portavoces emiratíes insisten en que planeaban ese paso desde hace un año.
La decisión se ha tomado tras el relativo éxito del acuerdo alcanzado a finales del año pasado en Estocolmo como primer paso hacia la paz, según un funcionario emiratí no identificado citado por los medios locales. Bajo la supervisión de la ONU se pactó entonces un alto el fuego sobre el puerto clave de Hodeida que, con sus más y sus menos, se ha mantenido hasta ahora, y que preveía la retirada de ese frente tanto de los rebeldes Huthi como de la coalición árabe que los combate.
“Han retirado equipos y algunas tropas, sobre todo parte de los refuerzos que habían enviado a la costa occidental de Yemen después de Estocolmo”, confirman a EL PAÍS fuentes diplomáticas europeas, en referencia a Hodeida. Esta medida, interpretan, busca liberar a sus tropas por si las tensiones entre Teherán y Washington fueran a más, tras los ataques a petroleros en el golfo de Omán y el derribo del dron norteamericano en el estrecho de Ormuz. También coincide con el plan norteamericano de formar una coalición para vigilar las aguas frente a las costas de Irán y Yemen.
El portavoz emiratí admitió que si bien el repliegue no se había decidido a causa de la crisis con Irán, “la situación regional no puede ignorarse”. Al mismo tiempo, las circunstancias en Yemen también han cambiado. Si en un principio, ante el avance Huthi, los soldados emiratíes fueron bien recibidos en el sur del país, cada vez son más frecuentes las protestas populares contra su presencia, la última en la isla de Socotra donde han establecido una controvertida base. Además, la creciente presión de los separatistas del sur podría ponerles en una situación complicada con Riad.
“No estamos preocupados sobre un vacío de poder en Yemen porque hemos entrenado a 90.000 soldados yemeníes”, aseguró el funcionario emiratí. Ese dato apunta también a un cambio de estrategia en el que EAU va a apoyarse más en sus aliados locales para sus objetivos, tanto de contener a los Huthi como de frenar a los grupos islamistas violentos (Al Qaeda, Estado Islámico y asociados).
Emiratos no ha facilitado datos sobre el alcance del repliegue que al parecer incluye la salida de centenares de soldados y la retirada de carros de combate y helicópteros. Insiste sin embargo en que sigue comprometido con el Gobierno yemení internacionalmente reconocido del presidente Abdrabbo Mansur Hadi. Fue la defensa de este ante el golpe Huthi lo que motivó la intervención de Arabia Saudí y EAU al frente de una coalición de países islámicos suníes en marzo de 2015. La operación, apoyada por EE UU y el Reino Unido, es objeto de crecientes críticas a causa de la crisis humana que ha provocado.
Los Huthi, por su parte, atribuyen la reducción de tropas de Emiratos a su resistencia y a las amenazas que han lanzado de bombardear objetivos en ese país. No obstante, reclaman la retirada completa de todas las fuerzas de la coalición árabe. “Instamos a los agresores a abandonar Yemen (…) Ya está bien de que los países agresores hayan usado Yemen de campo de pruebas para las armas europeas y estadounidenses durante cinco años”, ha tuiteado Mohamed Ali al Huthi, uno de los dirigentes rebeldes.
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