Estados Unidos pondrá en marcha un plan para implementar las “deportaciones exprés” en todo el país. El Departamento de Seguridad Nacional informó este lunes que la nueva medida, prevista para entrar en vigor el martes, afectará a los indocumentados que no puedan probar a los agentes que han estado viviendo los dos últimos años en EE UU de manera continuada. Además, serán directamente expulsados del país, sin ser llevados ante un juez de inmigración. Hasta ahora, este sistema solo se aplicaba a indocumentados detenidos dentro de los 160 kilómetros desde el límite fronterizo con México y solo si no podían demostrar que llevaban mínimo 14 días en el país. Con esto, la Administración de Donald Trump pretende, entre otras cosas, desatascar los tribunales de inmigración, que tienen pendientes la revisión de más de 900.000 casos.
La nueva normativa le permitirá al Departamento de Seguridad Nacional abordar de manera “más efectiva y eficiente” la realidad de los extranjeros que viven en Estados Unidos de manera ilegal y no están en proceso de asilo o no tienen fecha para defender su caso en un tribunal de inmigración. Los principales afectados son los que fueron deportados, pero se quedaron o los que se encuentran en libertad condicional por haber cometido un delito. “Esta nueva norma va a garantizar la deportación exprés de los que no tienen derecho a ingresar o permanecer en el país”, reza el comunicado. Con la medida, Trump busca disminuir el número de entradas irregulares y garantizar “la eliminación inmediata de los extranjeros detenidos en Estados Unidos”, explicó en el borrador de la medida el secretario interino de seguridad nacional, Kevin McAleenan.
“Bajo el trazado de este plan ilegal, los inmigrantes que han vivido aquí durante años serían deportados con un proceso menor que el que recibe la gente en el tribunal de tránsito”, criticó Omar Jadwat, director del Proyecto de Derechos de los Inmigrantes de la Unión Americana de Libertades Civiles. “Vamos a demandar para terminar esta política rápidamente”, adelantó. La organización también quiere poner freno a las medidas anunciadas la semana pasada que exigen a los migrantes que llegan en busca de asilo haberlo solicitado sin éxito en otro país antes de poder pedir refugio en EE UU. Ambas medidas son parte de la estrategia de Trump para frenar la ola migratoria. Este lunes México informó de que en el último mes y medio han reducido en un 36,2% el flujo migratorio hacia Estados Unidos.
El Departamento de Seguridad Nacional apunta que la Ley de Inmigración le otorga al secretario de la institución “la discreción única e irreversible” para modificar en cualquier momento el alcance que puede tener la “deportación exprés”. La noticia llega en un momento sensible para la comunidad sin papeles. Hace menos de 10 días la Administración amenazó con llevar a cabo redadas masivas en 10 ciudades del país, de las que no ha habido más noticias, sembraron el miedo en quienes podían ser deportados por no tener los papeles en regla. Distintas organizaciones dedicadas a defender los derechos de los inmigrantes han calificado la estrategia de Trump como una máquina para “crear temor y que la gente viva en las sombras de la sociedad”, sostuvo Jesús García, congresista demócrata de Chicago.
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