La actriz Felicity Huffman pasará 14 días en prisión por pagar para conseguir meter a su hija en la universidad. Huffman es la primera persona condenada por un escándalo que ha sacudido el mundo universitario de EE UU al revelar una trama organizada para facilitar el acceso de hijos de familias ricas a las universidades de élite falsificando sus cualificaciones. Huffman, de 56 años, se declaró culpable y pidió perdón por los hechos.
La sentencia fue comunicada por la juez Indira Talwani este viernes en los juzgados de Boston, cinco meses después de que Huffman se declarara culpable. La pena incluye una multa de 30.000 dólares, un año en libertad condicional y 250 horas de servicios a la comunidad.
El caso comenzó el pasado mes de marzo, cuando el FBI lanzó una operación en todo el país contra una red de sobornos que garantizaba a padres ricos el acceso de sus hijos a universidades de élite a cambio de grandes sumas de dinero. Fueron detenidas 50 personas, entre ellas 33 padres. En el centro de la trama se situaba un hombre llamado William Rick Singer, experto en el sistema de admisión de las universidades, que desde una oficina en California gestionaba las solicitudes. Singer se declaró culpable.
Entre los padres detenidos había altos ejecutivos como Douglas Hodge, expresidente de un fondo de inversión. La atención mediática se centró en dos actrices muy conocidas por sus papeles en televisión. Feicity Huffman (Mujeres desesperadas) y Lori Laughlin (Padres forzosos). El marido de Huffman, el actor William H. Macy, no fue imputado. Huffman y Macy pagaron a la trama 15.000 dólares para manipular las notas de su hija en los exámenes de acceso a la universidad.
Otros padres sobornaron a los responsables de programas de deportes para conseguir meter a sus hijos en equipos para los que no estaba cualificados. Laughlin y su marido, el diseñador Mossimo Gianulli, pagaron supuestamente medio millón de dólares para meter a sus hijas en el equipo de remo de la Universidad del Sur de California. Se han declarado no culpables. Las universidades afectadas incluyen Yale, Stanford, Georgetown, la Universidad del Sur de California, la Universidad de Texas y Wake Forest.
Entrar en la cárcel supone “un castigo justo por la ofensa”, esccribieron los fiscales en el caso de Huffman. “Deja claro que esto fue un delito real, que causa un daño real, y refuerza el principio fundamental de que todos son iguales ante la ley sin importar la riqueza o la posición”.
Huffman defendió durante el juicio que su hija no sabía nada de la trama. En una carta a la juez se culpaba también como madre. “Mi hija me miró a los ojos y con lágrimas cayéndole por la cara me preguntó: ‘¿Por qué no creíste en mi? ¿Por qué no pensabas que podía lograrlo por mí misma?”. “He puesto en riesgo el futuro de mi hija, la integridad de mi familia y la mía propia”, dice Huffman en la carta. La hija de Huffman fue rechazada por la universidad en la que quería entrar tras estallar el escándalo.
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