Los entusiastas de los ovnis se han concentrado este viernes en una zona remota de Nevada (EE UU) en una especie de peregrinación a la instalación conocida como Área 51, donde creen que el Gobierno estadounidense esconde los secretos sobre la vida extraterrestre, lo que ha obligado a reforzar las medidas de seguridad en torno a la base militar. Este viernes es la fecha señalada para el llamado “asalto al Área 51”, una convocatoria difundida por Facebook que empezó aparentemente como una broma, pero que hizo que dos millones de personas dijeran que se iban a lanzar sobre la secretísima base militar donde, aseguran, el Gobierno esconde “la verdad” sobre las visitas de marcianos y otras vidas extraterrestres a la Tierra. Unos centenares de personas se han acercado a la base y lo que iba a ser un asalto ha derivado en una fiesta con toda la parafernalia de los amantes de los ovnis y de lo oculto.
La fuerte presencia policial y el dispositivo de seguridad militar montado a la entrada de las instalaciones ha disuadido a los concentrados en la zona (muchos menos de los que se esperaba inicialmente) siquiera de intentar la entrada a la carrera al Área 51. De momento. “La gente ha venido a divertirse”, ha asegurado el sargento Orlando Guerra, de la División de Investigación del Departamento de Seguridad Pública de Nevada. El Departamento de Defensa ha advertido a los asistentes de que se guarden mucho de intentar el asalto.
Los visitantes ya empezaron a llegar el jueves temprano a la pequeña ciudad desértica de Rachel, el núcleo habitado más cercano a la base militar, a unos 240 kilómetros al norte de Las Vegas, convocados a través de las redes sociales para el asalto al Área 51 este viernes, lo que ha generado preocupación a las autoridades locales. La aldea solo cuenta con 50 residentes y carece de tienda de comestibles o gasolinera.
Allí se ha organizado un auténtico espectáculo. Los visitantes han establecido un pequeño campamento junto al único negocio abierto al público, el motel y restaurante Little A’Le’Inn, de temática extraterrestre. Y han aparcado sus coches, caravanas y tiendas de campaña. Algunos turistas han colgado alienígenas inflables de sus caravanas.
Una pareja, Nicholas Bohen y Cayla McVey, ambos con tatuajes de ovnis, llegaron a la pequeña población desde el barrio de Fullerton, en Los Ángeles, con suficiente comida para aguantar una semana acampados. “Se ha convertido en una reunión pacífica, un intercambio de historias de vida”, aseguraron a Reuters. “Creo que se va a formar un grupo de personas que están preparadas, son respetuosas y saben en lo que se están metiendo”.
La música estaba programada para comenzar el jueves por la noche y continuar durante dos días, pero no está claro si los participantes en la acampada acabarán emprendiendo una caminata masiva al Área 51.
La base militar estuvo envuelta en secretismo durante décadas, lo que avivó la teoría conspirativa de que albergaba los restos de un platillo volante y los cuerpos de su tripulación alienígena, víctimas del choque de un vuelo no identificado en Roswell, Nuevo México, en 1947. El Gobierno de Estados Unidos no confirmó la existencia de la base hasta 2013, cuando se publicaron archivos de la CIA que decían que la base se utilizó para probar aviones espía.
Rachel y sus alrededores, sin embargo, han optado por la vertiente turística. Una carretera de 158 kilómetros a través del área ha sido bautizada como la carretera extraterrestre, por ser un supuesto semillero de avistamientos de ovnis.
En junio, el estudiante universitario de California, Matty Roberts, publicó una graciosa invitación en Facebook exhortando al público a recorrer el Área 51 a pie para “ver extraterrestres”. Cuando más de un millón de personas expresaron interés, la Fuerza Aérea de Estados Unidos advirtió de que no se traspasaran los límites de la base donde aún se prueban aviones de combate y se entrena el personal.
Roberts se asoció posteriormente con Connie West, copropietaria de Little A’Le’Inn, para organizar un festival de música en Rachel llamado Alienstock. A principios de septiembre, sin embargo, Roberts se desvinculó del proyecto, diciendo que estaba mal organizado y que podía generar problemas de seguridad, en cambio, ayudó a organizar una alternativa, celebrada en la noche del jueves en Las Vegas. West dijo que el evento en Rachel continuaría según lo planeado.
Cartel del motel Little A’Le’Inn, en Rachel (Nevada). BRIDGET BENNETT AFP
A unos 64 kilómetros al este, la pequeña ciudad de Hiko organizó otro evento, denominado Storm Area 51 Basecamp (asalto al campamento base Área 51) en una tienda de regalos llamada Alien Centro de Investigación. Los organizadores prometieron músicos, artistas y “prominentes ufólogos”, y para el jueves habían vendido 3.200 boletos, según Linda Looney, el gerente de la tienda.
“Todo esto ha sido un shock para esta pequeña comunidad”, dijo, agregando que los organizadores habían contratado a 15 vigilantes de seguridad y una ambulancia y 80 baños portátiles. “Va a ser realmente genial. Estoy emocionada”. La afluencia de cazadores alienígenas provocó que el condado de Lincoln, donde se ubican Rachel e Hiko, estableciera una declaración de emergencia que podría ser utilizada para pedir ayuda del Estado.
La oficina del sheriff dijo que los visitantes deben esperar “una gran presencia de fuerzas de la ley”. Las autoridades instaron a todos a traer abundantes suministros de comida, agua y combustible. Cinco patrullas del sheriff fueron desplegadas el jueves en los accesos al Área 51, donde un puñado de personas había acudido a tomar fotos. A pesar de un ambiente festivo y pacífico en la ciudad, la web oficial de Rachel no resultaba muy acogedora. “Si todavía hay algún evento, será un asunto bastante triste, sin bandas, sin comida, muy poca infraestructura y muchos infelices campistas “, decía.
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