Raúl
García volvió a lucir en Leganés el brazalete de capitán del Athletic. El pasado domingo, en la recta final del choque ante el Alavés, ya lo llevó en su brazo. Ayer, pese a que tanto Beñat como Williams formaban parte del equipo titular, el navarro volvió a ejercer en dicho cargo.
Al veterano centrocampista rojiblanco no le hace falta galón alguno a la hora de que el balón se pone en juego. Raúl
García controla muchas fases del juego y del llamado ‘otro fútbol’. Nunca se rinde y siempre está dispuesto a asumir la responsabilidad necesaria. Ni la mayoritaria pitada de la afición pepinera le inmutó ayer a la hora de golpear el balón y marcar el tanto bilbaíno desde el llamado punto fatídico.
Los leones tampoco caminaron solos esta vez en Butarque, aunque la afición local se hizo sentir mucho más que en visitas anteriores. Los de Pellegrino, colistas de Primera, encontraron en su público un buen aliado para plantar al líder de Primera tras las cinco jornadas iniciales del campeonato. El punto servía a Garitano para volver a ser primero, a expensas, eso sí, de otros resultados posteriores.
Los leones tampoco caminaron solos esta vez en Butarque, aunque la afición local se hizo sentir mucho más que en visitas anteriores
El Athletic, a tenor de la mala experiencia vivida en su partido anterior lejos de San Mamés, optó por adelantar su desplazamiento a Madrid a la tarde del martes. Ni Garitano ni sus ayudantes querían correr riesgos innecesarios una vez sufridas las dos horas de retraso un par de semanas antes en su vuelo con destino a Mallorca. Más vale prevenir que lamentar, debieron pensar en el vestuario rojiblanco.
La climatología reinante ayer en Butarque nada tuvo que ver con la imperante durante el anterior compromiso de los leones en este mismo estadio. A la lluvia, el viento y el frío de entonces le sucedió en esta ocasión una tarde soleada, con el termómetro por encima de los 20 grados. Calor, por tanto, en Leganés.
Aplausos para Iago
Aitor
Elizegi fue uno de los primeros en pisar el césped pepinero. El presidente del Athletic esperó la llegada de los leones al campo de pie, junto a uno de los banquillos. El entrenador de porteros, Aitor
Iru, encabezó la delegación bilbaína en su primer contacto con el terreno.
Unai
Simón, el Zamora de la Liga tras las primeros jornadas de Liga, quedaba relegado al banquillo
Las sorpresas empezaron a producirse minutos más tarde. Garitano optaba por dar la titularidad a Iago
Herrerín, portero que en su día jugó como cedido en el Leganés y que fue recibido con una sonora ovación. Unai
Simón, el Zamora de la Liga tras las primeros jornadas de Liga, quedaba relegado al banquillo. Vesga, otro león con pasado pepinero, también tenía su hueco como suplente junto al guardameta alavés. Balenziaga, en cambio, era el sacrificado de la lista de 19.
Bustinza, capitán del Leganés, formó de salida en el once de Pellegrino. Sabin
Merino y Eraso, en cambio, se quedaban fuera de la convocatoria. Los futbolistas y técnicos locales, por cierto, siguen teniendo la costumbre de acudir al estadio por sus propios medios.
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