El Athletic cierra este mediodía frente al Valencia el primer tramo de máxima exigencia del calendario, que le ha llevado a disputar tres partidos en seis días. Comenzó el pasado domingo con un triunfo (2-0) en casa frente al Alavés, siguió el miércoles con un empate (1-1) en el feudo del Leganés y termina hoy contra el Valencia estrenando el horario del vermut, ya que será a la 1 del mediodía cuando el colegiado malagueño Melero López dé inicio al encuentro.
Los de Gaizka Garitano llegan a este partido cumpliendo con la famosa media inglesa, tan comentada estos días en Bilbao. Tres victorias en los partidos disputados en casa y un empate a domicilio siguiendo a cada uno de ellos. El miércoles llegó el último en el campo del Leganés. Dejó un regusto amargo, puesto que los leones llegaban a Butarque en la primera posición y los pepineros cerraban la clasificación con un único punto. Pero el técnico de Derio fue claro al respecto a la conclusión del choque: “Si ganásemos siempre, en casa y fuera, seríamos el Manchester City, pero no somos el Manchester City”, dijo para poner en valor el punto sumado que mantiene a los rojiblancos como único equipo invicto junto al ahora líder Real Madrid.
Para seguir con esa serie en la puntuación toca ganar hoy a un Valencia que no llega a Bilbao en su mejor momento, ni en lo deportivo ni en lo institucional.
La pelea entre Peter Lim, el propietario del club, y los rectores deportivos del conjunto che, Mateo Alemany desde los despachos y Marcelino desde el banquillo, acabó con una bonita etapa en la que el preparador asturiano había devuelto a la institución de Mestalla a la zona noble de la Liga. El Valencia, después de unos años en los que llegó a coquetear con los puesto de peligro, volvía a mirar cara a cara a los más poderosos de la competición. A las órdenes de Marcelino logró dos clasificaciones para la Champions y una Copa del Rey, ganada el pasado mes de mayo al Barcelona.
Llega Celades
Tras amagos de destituciones y dimisiones, Lim acabó por echar a Marcelino en el parón de selecciones, después de tres jornadas de Liga en las que el Valencia había sumado cuatro puntos, producto de un empate en casa contra la Real, una derrota en Vigo y un triunfo como local frente al Mallorca en el último partido del técnico asturiano.
En su sustitución los dueños del club pusieron a Albert Celades solo tres días antes de visitar el Camp Nou. Allí llegó su segunda derrota en el campeonato, a la que le siguen dos empates en casa frente al Leganés, que llegaba a Mestalla sin puntuar, y contra el Getafe, en un partido en el que los valencianistas dejaron escapar un 3-1 a favor. El público hizo evidente su descontento con la crisis institucional de los suyos.
Fuera de la Liga ha llegado el único triunfo che de la mano de Celades. Ganó en su debut en Champions en el campo del Chelsea, con un buen gol de Rodrigo y un penalti fallado por el conjunto londinense en los minutos finales.
El resultado en la máxima competición continental es un aviso del potencial de un equipo que llega a San Mamés necesitado de puntos, ya que los seis sumados hasta el momento son pocos para sus intenciones de volver a pelear por Europa. De momento están un punto por encima del descenso y cuatro por detrás de los puestos de competición continental.
Por lo visto hasta el momento no parece el bilbaíno el mejor estadio para que el Valencia los consiga. No conoce el triunfo en el nuevo campo rojiblanco, ya que para encontrar la última victoria che en la capital vizcaína hay que remontarse al 18 de marzo de 2012 en el viejo recinto del Athletic. Entonces, un triplete de Soldado, la última de sus dianas desdes los once metros, dio el triunfo a un cuadro che que bajo la batuta de Unai Emery acabó la temporada en tercera posición.
La fortaleza
El Athletic tratará de seguir siendo fuerte en casa. Suma 17 partidos sin perder ante su gente, los dos últimos de la etapa de Berizzo, y los 15 que lleva Gaizka Garitano al frente del equipo. Desde que el técnico de Derio se hizo cargo de los rojiblancos, San Mamés se ha convertido en una visita incómoda para cualquier rival, que se encuentra enfrente a un bloque compacto que apenas concede ocasiones de gol.
En las tres victorias sumadas por el Athletic hasta la fecha son contadas las ocasiones en las que los visitantes han generado peligro ante su marco. El equipo sale a morder y no da el más mínimo respiro al contrincante.
Esa seña de identidad es la que quiere mantener el equipo rojiblanco para sumar ante el Valencia su cuarto triunfo del curso y mantenerse así en la zona alta de la clasificación.
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