Carpe Diem. La Real quiere aplicar esa máxima latina que invita a aprovechar el momento y se puso tan de moda a finales de los ochenta como consecuencia de la genial película ‘El club de los poetas muertos’. El momento del equipo txuri urdin es de esplendor. De juego y de resultados. Tres victorias consecutivas en las que ha exhibido un nivel altísimo de fútbol, una variedad riquísima de recursos y una jerarquía absoluta sobre el rival. Es sólo el inicio. Seis partidos, pero no hay diques que puedan contener las expectativas e ilusiones que el equipo ha generado en la afición, vistas las posibilidades de esta plantilla. El póquer de triunfos exige otro partidazo. La Real libra hoy ante el Sevilla en el Sánchez Pizjuán (21 horas) una prueba de madurez y excelencia en uno de los campos más complejos de Primera, donde el año pasado recibió su más dolorosa colleja (5-2). El premio a la victoria es gratificante: el liderato en solitario. El empate del Madrid en el Wanda permite a la Real acabar la jornada en lo más alto. Más no se puede pedir.
Es, sin duda, el mejor contexto para intentar conquistar tamaño escenario. En primer lugar porque la Real está viajando en primera y llega tras ganar sobrada al Atlético (3-0), el Espanyol (1-3) y el Alavés (3-0). Hasta se permitió dosificarse en el segundo tiempo de este último partido del pasado jueves para llegar más fresca a Nervión. Por otro lado, el Sevilla acomete el choque ante lo que en la capital hispalense ya denominan como “un igual” tras cosechar dos derrotas consecutivas, contra el Real Madrid (0-1) y el Eibar (3-2) y alimentar las primeras dudas entre los aficionados.
No obstante, Imanol no quiere construir castillos en el aire de momento. Esta Real tan esplendorosa de los últimos tres partidos fue una ruina deportiva el partido anterior en otro escenario similar al del Sevilla, caliente, intimidante, como San Mamés. Y la situación del cuadro de Julen
Lopetegui es engañosa. Ante el Madrid jugó de tú a tú y quizá no mereció perder y frente al Eibar se derrumbó en la segunda parte, en la que los armeros remontaron un 0-2, tras una gran primera mitad. El póquer sólo será posible con los pies en la tierra.
Un dúo de muchos quilates
Estará más cerca la Real de lograrlo si Oyarzabal y Odegaard mantienen la inspiración mostrada desde que empezó todo esto. Es el dúo de la Liga en el equipo que es la sensación del campeonato. El eibarrés ha participado de forma directa en siete de los 10 goles. El noruego está deslumbrando con su fútbol de muchos quilates entre líneas y por su incansable trabajo defensivo y su despliegue
De momento, como ya hizo en la previa del Alavés, Imanol no quiere conceder ni un milímetro a su homólogo y paisano Lopetegui. Es hoy, día de partido, cuando el técnico ofrece la convocatoria y cuando el equipo se desplaza a Sevilla. De nuevo deberá hacer media docena de dolorosos descartes. Lo normal es que el entrenador vuelva a tirar de su ‘once’ fetiche, con puntales como Moyá, Zaldua y Zubeldia, ausentes el otro día, más los intocables Llorente, Monreal, Odegaard, Oyarzabal y compañía, pero todo es posible. El único ausente por lesión es Illarra, ya que hasta Willian José se ha recuperado de forma óptima del fuerte golpe en la nariz recibido el jueves.
158 millones de inversión
El Sevilla, muy renovado de abajo a arriba, llegó a ser líder tras las primeras cuatro jornadas, pero ha ido cayendo. Carriço es la única ausencia por lesión y Reguilón es duda. Lopetegui tiene un plantillón en sus manos, tras una inversión galáctica de 158,75 millones de euros este verano, la séptima más alta de toda Europa.
“Carpe Diem. Porque somos alimentos para gusanos, señores. Porque, aunque no lo crean, un día todos los que estamos en esta sala dejaremos de respirar. Nos pondremos fríos y moriremos. Aprovechen el día, muchachos. Hagan que sus vidas sean extraordinarias”, recitaba el profesor Keating a sus embelesados alumnos.
Carpe Diem, Real.
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