Igual se acuerdan. Con
Garitano
estamos recuperando la esencia del Athletic, sobre todo en los partidos de San
Mamés. Este equipo vuelve a jugar por las bandas, poniendo centros al área, ahogando al rival. El propio técnico lo reconocía en rueda de prensa, haciendo memoria de sus recuerdos más infantes, sin el reproche de ningún observador externo. Un empate y una derrota después; todo está en cuestión, al parecer. El modelo del fútbol por banda para tratar de desarbolar defensas rivales bien pertrechadas ya no vale. De poco importa que
ante el
Valencia se pusieran más de treinta centros a la olla.
Tal vez el problema no sea tanto de idea como de elegidos para dicha tarea. Asegura Garitano que el criterio de selección tiene que ver con el espacio para correr de los susodichos pero, tratándose de centradores, quizás fuera más apropiado optar por quienes mejor la pongan en la cabeza de los Raúl García, Aduriz y compañía. En jugada y a balón parado. ¿Quiénes encajarían mejor en esta propuesta?: ¿futbolistas con tendencia a jugar por dentro o aquellos con potencia y buen toque capaces de acertar en algún centro?
A lo mejor es momento de aparcar leyendas urbanas alejadas de la realidad y recuperar el balón parado y los centros en carrera con ambas piernas. Alguno habrá.
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