La solidez defensiva, el suspenso del Girona


Un equipo que diseñado para ascender de forma directa y que tiene el límite salarial más alto de la categoría no puede conceder tanto a sus rivales. Este es uno de los principales problemas del actual Girona, que no consigue encontrar la regularidad en su juego, pero que aún menos está consiguiendo ser sólido y contundente en defensa.



En Oviedo volvió a ocurrir lo que se está convirtiendo en una tónica ya esta temporada. Cuatro errores individuales costaron los cuatro goles del conjunto asturiano y si a esto se le suma que el Girona jugó con inferioridad desde el primer cuarto de hora de partido, el poder puntuar se convierte en prácticamente una utopía.

Alcalá y Juanpe son la pareja elegida por Juan Carlos Unzué mientras Ignasi Miquel sigue recuperándose de su grave lesión muscular que le dejó fuera de combate a las primeras de cambio. Sin embargo, ninguno de los dos futbolistas tuvo una buena actuación en el Tartiere, donde sus errores sirvieron en bandeja los goles a Ortuño y Borja Sánchez.

16 son los tantos encajados por el Girona en estas primeras doce jornadas, una media de 1.3 goles por encuentro, una cifra demasiado elevada para un equipo que ha marcado menos tantos (15) de los que ha recibido y que solo ha conseguido dejar la portería a cero en tres encuentros.

Sin ninguna duda, esta es la asignatura pendiente de Juan Carlos Unzué y su cuerpo técnico, que deberá buscar alguna solución rápida y convincente antes de que sea demasiado tarde.


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