La Asamblea de Socios, a pesar de sus siete horas y media de duración, se quedó corta. Por eso, la valoración final del presidente llegó el lunes desde Lezama. Me gusta el formato de fin de semana que ha implantado esta directiva, y además se notó en el aforo con la presencia de casi dos tercios de compromisarios, un porcentaje más alto que en anteriores ediciones, aunque aún escaso. Creo, de todas formas, que habría que buscar un día en el que no hubiera partido después para evitar las prisas y los dobletes.
Aitor Elizegi
superó su primer examen. No se puede decir que lo hiciera con nota, pero a estas alturas del curso, un 5 es todo un éxito. La nueva junta se quitó un peso de encima al aprobar las cuentas y el presupuesto, aunque este último fuera con suspense. Los gestores del club cometieron un error al interpretar los Estatutos del club en la segunda votación. Para algunos un simple lapsus, para otros un error de bulto. No deja de ser munición para quienes no se fían de los nuevos rectores.
Me gustó que luego saliera el máximo mandatario rojiblanco a reconocer errores con naturalidad. Creo que le honra. Esta directiva está obligada a hacer muy bien las cosas porque el domingo quedó patente que la masa social sigue tan dividida como el día de las elecciones. No se han cosido las heridas. Sea como fuere, tienen un año por delante hasta la siguiente Asamblea. Puro oxígeno.
El próximo reto, más allá de la grada popular, estriba en la reforma de Estatutos; cuya comisión quedó cerrada con el propio Elizegi, la expresidenta
Ana Urkijo
, el juez decano
Aner Uriarte
y
Gorka Cubes
y
Josu Arteta
, los dos miembros propuestos por la Asamblea. Ellos tienen la difícil misión de modernizar los Estatutos y que luego los aprueben dos tercios de los compromisarios. Suerte porque la van a necesitar.
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