WASHINGTON – La Casa Blanca desmintió el martes por la tarde el relato brindado por un alto diplomático estadounidense que dijo ante congresistas que el presidente Donald Trump retendría la ayuda militar a Ucrania a menos que el país europeo aceptara investigar a los demócratas y a una compañía vinculada con la familia del exvicepresidente Joe Biden.
Las nuevas declaraciones proporcionaron a los legisladores otro relato detallado del presunto quid pro quo alrededor del cual gira la investigación de juicio político contra el mandatario.
En una larga declaración inicial ante los investigadores de la Cámara de Representantes obtenida por The Associated Press, William Taylor describió la exigencia de Trump de que “todo” lo que el presidente ucraniano Volodímir Zelenski quisiera, incluida una ayuda de suma importancia para frenar a Rusia, dependería de que declarara públicamente que Ucrania investigaría a los demócratas respecto a las elecciones presidenciales de 2016, así como a una compañía vinculada con la familia del posible adversario de Trump en 2020.
Taylor testificó que lo que descubrió en Kiev fue el canal “irregular” del gobierno de Trump en materia de política exterior, dirigido por el abogado personal del mandatario, Rudy Giuliani, y unas “circunstancias en definitiva alarmantes” que amenazaban con erosionar la relación de EEUU con un incipiente aliado de Europa Oriental que enfrenta una agresión rusa.
La Casa Blanca respondió el martes por la tarde, diciendo que el presidente Trump “no hizo nada malo” y que las declaraciones fueron un intento por parte de la izquierda y de los demócratas de “hacerle la guerra” a la Constitución, dijo Stephanie Grisham, directora de comunicaciones del gobierno de Trump.
En un relato cronológico y detallado en varias páginas, el experimentado diplomático que salió del retiro para ocupar el puesto de encargado de negocios en la embajada en Ucrania señaló que se preocupaba cada vez más a medida que se daba cuenta de que Trump trataba de poner al presidente ucraniano recién elegido “en una cabina pública”.
“Percibía algo extraño”, comentó, y describió a un trío de funcionarios del gobierno que planeaban una llamada con Zelenski, incluido uno, el embajador Gordon Sondland, que quería asegurarse de que “nadie la transcribiera o monitoreara”.
Los legisladores que salieron luego de casi 10 horas de testimonios en privado quedaron impactados por el relato de Taylor, el cual algunos demócratas dijeron que estableció una “línea directa” al quid pro quo que se encuentra en el centro de la pesquisa de juicio político.
“Fue impactante”, señaló la representante Karen Bass. “Estaba muy claro que era necesario que, si quería la ayuda, tenía que hacer una declaración pública”.
“Es esto o aquello”, comentó.
El relato alcanza los niveles más altos del gobierno, involucrando al vicepresidente Mike Pence y al jefe interino de despacho de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, además de que resquebraja la defensa republicana del gobierno y la insistencia del presidente sobre que no cometió ninguna acción indebida.
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