El partido perfecto para un portero


Comenzaba la tacada de tres partidos en una semana con ciertas dudas en la portería del Athletic. Unai Simón quedó señalado tras su error ante el Valladolid y la incertidumbre mostrada en el Wanda, aunque sin incidencia en los goles del Atlético, alimentó todavía más el debate. No estaba clara su titularidad contra el Espanyol. En el anterior precedente, Garitano optó por Herrerín. Esta vez, sin embargo, dio continuidad a Simón. El de Murgia recuperó la confianza frente a los periquitos y se desató en Villarreal.



Fue un muro en La Cerámica. La mejor actuación de Simón como león en su corta trayectoria en el Athletic. El partido perfecto para un portero. Lo único que lo hubiera mejorado es haberse anotado los tres puntos. Pero lo de hacer goles no corre de su cuenta. Bastante tuvo con lo suyo. Es la sexta vez que Simón echa el candado de un total de once encuentros.

El Athletic vuelve a ser el equipo menos goleado de la Liga. Un privilegio compartido con el Atlético. El mérito del alavés es mayor, puesto que es la primera vez que el Villarreal, el segundo mejor ataque del campeonato, se queda sin marcar en la presente campaña.

Apenas pudo calentar. A Simón le buscaron desde bien pronto. Moi Gómez se sacó un lanzamiento desde el borde del área y el arquero rojiblanco atrapó el cuero con solvencia pese a tener un mar de piernas por delante. Pasado el cuarto de hora aumentó el reto. El disparo venía de Cazorla. Un tipo que le pega igual de bien con la derecha que con la zurda. El cuero hizo un extraño y Simón despejó como pudo a córner.

El Athletic fue a más, lo que restó cierto protagonismo al de Murgia hasta el descanso. En el segundo tiempo se encontró con un problema añadido. Tenía el sol de cara. La suerte, también, ya que en la única vez que se vio superado, el gol quedó anulado por fuera de juego de Gerard Moreno. El pichichi de la Liga pudo desquitarse poco después. Cogió la espalda a la defensa visitante y se plantó solo ante Simón. Fusilamiento a la hora del almuerzo. El alavés sacó el chut con la cara.

El alavés, que detuvo hasta una ocasión a Ekambi que estaba invalidada, ha dejado su portería a cero en seis de los once encuentros disputados

Parecía imbatible. Se vino arriba. Hasta desvió con el hombro un lanzamiento de Ekambi cuando la acción no valía. El recital aumentaba. Y cuando no llegaba con el rostro o con los guantes, Cazorla no atinaba entre palos por muy poco.

Simón se lució una vez más. También frustró a Albiol en un cabezazo tras una falta lateral. El remate salió centrado, sin embargo el meta plantó con fuerza la mano y sacó la pelota. Su confianza aumentaba a pasos agigantados. Incluso se permitió el lujo de recortar a un rival fuera del área, sabiendo que los pies no son su fuerte. No podía cerrarse el choque sin otra aparición de Simón. Se hizo con una volea de Cazorla, con la zurda y desde la media luna, que marchaba con veneno. El mejor broche posible.


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