Álvaro Morata hizo desaparecer la niebla alrededor de la portería y acumula cinco partidos seguidos marcando, una racha que le vale el retorno a la selección española en la convocatoria conocida este viernes, pero que no sido suficiente para cambiar la dinámica del Atlético de Madrid.
Cinco goles en cinco partidos -seis tantos este curso junto al de la primera jornada ante el Getafe-, que permiten al delantero madrileño volver a contar con la confianza del seleccionador Robert Moreno, que en sus dos convocatorias anteriores no le incluyó entre los elegidos, una por lesión y la otra por decisión técnica.
“Está marcando muchos goles y teniendo continuidad”, elogió el seleccionador español durante su comparecencia ante los medios de comunicación este viernes en el Museo del Prado, desde donde anunció una lista en la que también está el rojiblanco Saúl Ñíguez, pero no otros rojiblancos como Mario Hermoso o Koke Resurrección.
Solo en una ocasión en su carrera había conseguido Morata anotar en cinco encuentros seguidos: fue al final de la temporada 2012-13, cuando compatibilizaba sus apariciones en el Real Madrid con el Castilla y encadenó un tanto ante el Alcorcón con el filial blanco con otros cuatro partidos marcando en la Eurocopa sub-21 de Israel (los tres partidos del grupo y la semifinal), un torneo en el que fue campeón, al lado de Koke, actual compañero en el Atlético.
Desde entonces había tenido rachas de tres partidos seguidos marcando con el Real Madrid (ante el Rayo, la Real Sociedad y el Almería entre marzo y abril de 2014), con el Juventus italiano (tres partidos entre ida y vuelta de ‘Champions’ contra el Real Madrid y partido liguero contra el Inter, aunque se perdió un partido entre medias), y en su vuelta al club blanco (cuatro partidos marcando: al Legia Varsovia polaco, el Athletic, la Cultural Leonesa, y el Alavés en octubre de 2016).
El momento dulce ante la portería para el ‘9’ rojiblanco, que podrá serlo también en la ‘Roja’, contrasta con la realidad de su equipo, inmerso en un momento tortuoso de la temporada, con tres partidos seguidos sin ganar (dos empates ante Alavés y Sevilla, y la derrota del miércoles ante el Bayer Leverkusen alemán), siete empates en 15 partidos, y un juego insatisfactorio, sobre todo en las primeras partes de los encuentros.
Lo cierto es que en esos cinco partidos consecutivos marcando de Morata, sus goles solo sirvieron para conseguir la victoria en dos duelos: el 1-0 ante el Bayer Leverkusen en el Wanda Metropolitano el pasado 22 de octubre, y el 2-0 contra el Athletic Club cuatro días después, también en casa.
No fueron suficientes para el triunfo ante el Alavés, cuando Lucas Pérez respondió con un golazo por la escuadra a diez minutos del final (1-1), ni frente al Sevilla, donde la remontada tras el gol inicial del argentino Franco Vázquez no fue más allá del tanto de Morata.
Tampoco sirvió su gol el miércoles en Leverkusen, donde de nuevo el Atlético tuvo que intentar remontar, el tanto de Morata en el minuto 94 acortó muy tarde las distancias, y el propio delantero madrileño no fue capaz de engañar al portero finlandés Lukas Hradecky, cuando tuvo una ocasión franca para el 2-2 en la última jugada del encuentro.
Pese a todo, Morata parece haberse convertido ya en el delantero franquicia de este Atlético del argentino Diego Pablo Simeone, que comenzó la temporada anhelando unirle en la delantera junto a Diego Costa y el portugués Joao Félix, algo que no pudo hacer por lesiones y/o sanciones hasta la jornada 8, que no dio el efecto esperado, y pasó a un turno entre ambos nueves en el que ahora Morata parece haberse estabilizado como el punta de referencia.
El delantero madrileño es consciente de que las rachas van y vienen. “Es fútbol. Cualquier jugador de cualquier posición pasa por momentos en que lo intenta todo y no le llega, y otras al revés, pasas por allí y te cae el gol”, reconoció ayer durante un acto publicitario, en relación a su compañero Diego Costa.
Con el premio de la selección como aldabonazo a la recuperación de su olfato goleador, Morata afronta ahora un doble desafío. El primero es conseguir que sus tantos sean determinantes para que el Atlético retome la senda de la victoria y el juego.
El segundo reto, no menos importante, pasa por cuajar una buena actuación en los duelos ante Malta y Rumanía para ayudar a la selección española a ser cabeza de serie en la próxima Eurocopa, así como dar argumentos a Moreno para que cuente con él en el torneo continental, que sería su segunda gran competición con la ‘Roja’ absoluta tras la Euro 2016, ya que se perdió el Mundial 2018.
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