Gol, asistencia y saberse clave en la consecución de los tres puntos.
Ander Capa
debió retirarse más que satisfecho. Hinchado sin necesidad de esteroides, sacando pecho por su actuación. Es lo que tiene ser un héroe. Salvó a la chica delante de 33.000 valientes. Emuló a Supermán con sus superpoderes. Pleno de potencia, incansable, derrochando esfuerzo, buscando la justicia que se merecía el equipo, muy superior a un rival que solo vivió de las paradas de
Aitor Fernández
, un portero por cierto formado en la cantera rojiblanca, y del regalo de
Córdoba
en un córner.
El lateral portugalujo es ya el tercer jugador con más minutos en este Athletic en línea ascendente, sexto en la clasificación después de que ya se haya disputado la decimotercera jornada del torneo de la regularidad. Los rojiblancos debieron golear. Con
Raúl García
en el área,
Williams
en banda y
Muniain
ejerciendo de media punta, están más equilibrados y llegan más. Ante el Levante, nada menos que 23 remates -diez de ellos a puerta-. Incluso, fueron superiores en el juego aéreo, con testarazos peligrosos de
Iñigo Martínez, Raúl García y San José, como hacía tiempo no recordaba.
Un partido de los más completos con
Gaizka Garitano
en el banquillo de San Mamés, que con una pizca más de acierto en los remates ante la portería granota y un par de centros más acertados se hubiera decidido por goleada para satisfacción de la hinchada.
Un Athletic que salió convencido y enchufado desde el arranque, con dos bandas profundas y un Muniain eléctrico, pleno de desborde. Con todo el equipo presionando arriba y con continuos robos de pelota. Asfixiando al rival. Así llegó una victoria que permite a los rojiblancos sumar siete puntos de nueve en los tres últimos partidos.
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