Está de moda hablar estos días de la racha que lleva Osasuna sin perder como local. Es evidente que 31 partidos consecutivos son muchos y que es un cifra a tener muy en cuenta
También es verdad que hay que contextualizar esa marca y decir que el equipo de
Jagoba
se salió en Segunda y por eso, obviamente, manejan esos guarismos en El Sadar. A mí lo de ir allí y saber que el campo ha sido inexpugnable durante tanto tiempo no me da ni frío ni calor. Es más, creo que es una buena oportunidad de acabar con esa marca. El Athletic ya sabe lo que es ganar allí en la última campaña de los rojillos en primera y por equipo y entidad lo puede volver a hacer perfectamente.
Los leones llegan a Pamplona tras unos buenos partidos en los que ha cambiado la dinámica y se comporta de una mejor manera. El asunto es que el encuentro es fuera de casa y hay que dar un paso adelante. Toca ser más valientes y proponer algo más futbolísticamente ante un rival que le mete una intensidad máxima a cada acción todo el partido.
Osasuna tiene dos bajas muy importantes.
Aridane
y
Oier
son piezas básicas en un esquema que ofrece pocas dudas en cuanto a propuesta. El central canario lo está bordando y qué decir del centrocampista. Digo jugador de centro del campo como podría decir de cualquier zona del terreno. Es un futbolista total que une raza con casta, calidad y entrega total. Es de esos jugadores que te llenan. Un pelotero trabajador que enamora a los suyos y desespera a los rivales.
Los de
Garitano
deben llegar, luchar, disputar, pelear, jugar y si es posible ganar. En intensidad deben igualarse a los rojillos. Solo desde esta premisa será viable sacar algo de allí. Si sales blando y sin un plan claro, la pintada de cara puede ser monumental. Otra cosa va a ser si los leones agarran la pelota y juegan a lo que ellos manden. Si es así, el Athletic estará cerca de ganar. La calidad es relativa si no va acompañada de las otras cosas que hay que hacer en un campo de fútbol.
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