WASHINGTON, DC — A once meses de las elecciones del 2020, los republicanos calladamente ensayaron la maquinaria electoral de Donald Trump.
Movilizaron decenas de miles de voluntarios y probaron la capacidad de su sistema telefónico y de sus operaciones para promover el voto en todos los estados.
Antes y después del gran ensayo, dirigentes republicanos coordinaron con miles de grupos de base para organizar y expandir sus redes de partidarios, prestando particular atención a los estados decisivos como Michigan, Pensilvania y Wisconsin.
Los aspirantes a la nominación presidencial demócratas, mientras tanto, apuntan todos sus recursos hacia los estados más importantes en las primarias: Iowa, New Hampshire, Nevada y Carolina del Sur.
Tres de esos cuatro estados son considerados indecisos, pero distan mucho de ser los que más delegados envían al Colegio Electoral.
Los demócratas insisten en que Trump no tiene el camino despejado en los estados fluctuantes que podrían decidir las elecciones.
Dicen que el ensayo tuvo lugar en la misma semana en que los republicanos sufrieron humillantes reveses en varios estados.
Pero algunos están dispuestos a aceptar una realidad dolorosa: Los demócratas ignorarán básicamente los estados decisivos como Pensilvania en los próximos seis meses.
“Quien sea que gane la nominación saldrá del proceso quebrado y tendrá que ganar terreno a nivel nacional en muy poco tiempo sin demasiados fondos, ya que el Comité Nacional Demócrata no tendrá recursos”, sostuvo Rick Gorka, vocero del Partido Republicano y de la campaña de Trump.
Algunos demócratas parecen preocupados.
Entre ellos Michael Bloomberg, el magnate neoyorquino que se sumó a la contienda hace unas semanas.
Dice que se enfocará simultáneamente en los estados clave en las primarias y en los que pueden decidir las elecciones generales, para contrarrestar los esfuerzos de Trump.
Gane o pierda la nominación, Bloomberg dice que invertirá más de $100 millones en los estados indecisos para compensar el vacío dejado por los demócratas mientras libran su batalla interna en las primarias.
“Claro que (Trump) tiene ventaja”, expresó la asesora de Bloomberg Brynne Craig, agregando que faltan muchos meses para que los demócratas se unan detrás de un candidato. “(Trump) Ya está haciendo campaña. Puede hablarle a los estados que más contarán en el 2020”.
Detractores de Trump como el estratega republicano Terry Sullivan, que lleva años estudiando la dinámica de los estados indecisos como Pensilvania, dice que al presidente le va mejor de lo que indican algunas encuestas nacionales.
“Está ganando”, dijo Sullivan, para quien la campaña de los demócratas para llevar a Trump a un juicio político puede ser contraproducente.
“Antes de que los demócratas empezasen con esto del impeachment, él era su peor enemigo en muchos estados. Pero esto lo ha ayudado”.
Trump tiene más de 61 millones de dólares en sus arcas, comparado con los 9 millones del Comité Nacional Demócrata. El comité, no obstante, adelanta una campaña coordinada en la que procura hablar mal del mandatario antes de sus visitas a cada sitio.
También destina fondos a los estados indecisos, incluidos Pensilvania, Michigan y Wisconsin, que le dieron la victoria a Trump en el 2016, siempre por márgenes muy pequeños.
Con pocas excepciones, sin embargo, las grandes figuras del Partido Demócrata no han tenido presencia alguna en los estados más importantes. Y Trump cerrará el año con presentaciones en los tres que decidieron las últimas elecciones.
Los demócratas, de todos modos, se sienten alentados por grandes victorias electorales del mes pasado en las que la población pareció darle la espalda a Trump.
“Perdieron contiendas estatales en Luisiana y Kentucky, las dos cámaras legislativas en Virginia y votaciones locales en sitios que controlaban desde la Guerra Civil”, dijo Bergstein. “Vamos a replicar estos resultados en el 2020”.