“¡Vamos a entrenar míster!”, animó Luuk de Jong a Xavi Hernández el día después de que el técnico comunicara al jugador que no tenía sitio en el equipo y que mejor sería que se buscara una salida del Barça. El club azulgrana había decidido negociar en el mercado de invierno la cesión del delantero internacional neerlandés al Cádiz. La misma fórmula que había empleado el Barcelona en septiembre para incorporar al ariete del Sevilla después de que Koeman pidiera un sustituto de Griezmann. Luuk de Jong, sin embargo, había decidido desde el día de su presentación que difícilmente se movería del Camp Nou. No fue casual que el jugador acudiera aquel día al acto con su familia al completo y expresara su alegría por vestir la camiseta del Barça. Ahora es el entrenador el que se felicita por la continuidad de Luuk de Jong después de que haya marcado tres goles que han supuesto cinco puntos para el Barça.
El ariete ha sido decisivo para derrotar al Mallorca (0-1) y empatar en Granada (1-1) y en el RCDE Stadium (2-2) después de que fuera señalado en el Camp Nou. Artillero en cancha contraria, protagonista también de un tanto en el partido de la Supercopa frente al Madrid (3-2), la vida del neerlandés ha sido muy distinta en su estadio, protagonista de las chanzas de la hinchada azulgrana, que solo le ha visto marcar contra el Levante, el único que anotó con Koeman en el banquillo del Camp Nou. Un total de cinco goles en 17 partidos, tres con la testa, el último en el minuto 96 contra el Espanyol.
“Luuk es un ejemplo de profesional”, destacó Xavi a la salida de Cornellà-El Prat. “Así lo digo delante de la plantilla”, insistió el técnico. “Es un goleador: ha tenido dos ocasiones y metió una, la del 2-2″. El delantero centro de 31 años, nacido en Aigle (Suiza), entró en el minuto 89 de partido para marcar el gol que se le resistió a Ferran Torres, Adama, Aubameyang y hasta a Dembélé. Los últimos seis goles azulgrana han sido marcados por defensas o centrocampistas si se exceptúa el de Luuk de Jong. El neerlandés ha asumido el papel de revulsivo o último recurso, la solución para cabecear los centros de Adama y Alba, un jugador de área que ataca la pelota y no el espacio, torpe si tiene que correr y efectivo cuando remata: cuenta hasta 11 tiros, dos contra el Espanyol.
“Trabaja, pelea para ser convocado y acepta su rol sin protestar”, coinciden algunos trabajadores de la ciudad deportiva Joan Gamper. “A pesar de que se habló de mi partida, siempre he estado centrado en el Barça porque quiero estar en el Camp Nou”, afirmó a Barça TV después de batir a Diego López. Luuk de Jong escuchó atentamente al presidente Joan Laporta el día que llegó al Barça. “El Dream Team también tenía a un delantero así [como el neerlandés] si recordamos a Julio Salinas. Ya entonces se recurrían a soluciones que se salían del modelo”, prosiguió. “Nos puede ayudar porque marca de cabeza, fija a los defensas, presiona. Yo estoy ilusionado con Luuk”.
El delantero neerlandés alcanzó el décimo centro de Adama en el derbi y puso el 2-2. Los azulgrana ya suman 10 goles de cabeza de los 38 que han marcado en la Liga: 26,32%, el porcentaje más alto al menos desde la temporada 2003-2004. Nunca ha sido la suerte de remate más buscada en los equipos míticos del Barça.
La primera alternativa fue la de Alexanco, un central que se situaba como ariete en los momentos de desespero, papel que últimamente ha asumido con frecuencia Piqué. La opción de Luuk de Jong parece más natural mientras no se recuperen Memphis Depay y Ansu Fati y no atinen Ferran, Aubameyang, Adama -los tres fichajes de invierno- y Dembélé. Y quedan en la recámara Abde, Ilias y Braithwaite. Una larga relación ante la que Luuk de Jong no desespera: “Intento estar siempre a disposición del técnico. Me entreno”.
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