LeBron James ha disfrutado como un niño con el documental The Last Dance, que detalla la última temporada de Michael Jordan y la dinastía de los Chicago Bulls. El 23 de Los Angeles Lakers, la estrella que más brilla dentro de la constelación NBA actual, ha comentado sus impresiones sobre la cinta en The Uninterrupted, ahondando en lo bien que él y MJ se hubieran entendido sobre la cancha.
“P
ersonalmente, por cómo juego a baloncesto, pensando primero en el equipo, creo que mis mejores habilidades hubieran funcionado a la perfección con Mike”, dice James en la conversación, publicada en Youtube. “Mike es un asesino. Cuando hablamos de jugar a baloncesto, anotando de la manera que anotaba, añadiendo mi habilidad de pasar el balón, leer el juego y las jugadas antes de tiempo…”
LeBron, que creció como aficionado a los Bulls, también se mostró juguetón con la idea de haber sido el escudero de Jordan en algún momento de su vida, cubriendo el papel que jugó Scottie Pippen durante su trayectoria en Chicago. “He visto las cosas que Pip pudo hacer con Mike. Creo que hubiera sido otro nivel”, asegura James. “Pip era uno de mis jugadores favoritos… Hubiera sido de otro mundo si hubiera jugado de alero, si hubiera estado junto a él durante esos años de Chicago”.
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La relación de LeBron con Jordan se remonta a 2001, cuando un joven James, con 16 años, disputó un partidillo contra la estrella cuando esta se preparaba para su tercer retorno con los Wizards. “El tío me parecía Jesucristo. Era el mi Jesús negro”, rememora James.
“Me encantan los grandes [jugadores] y me habría encantado jugar con todos ellos en su mejor época porque soy un historiador del juego, pero también me encantaría por competir contra todos ellos”, clarificó LeBron más tarde a través de Twitter. “Gracias MJ por ser mi ángel, inspiración y superhéroe”.
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