Quien quiera ayudar a que el menú electoral sea lo más amplio posible debe darse prisa y firmar a ciegas. Ningún precandidato desvela al 100% propuestas ni plancha. Ninguno, por pura estrategia, destapa totalmente ideario ni compañeros de viaje.
La tediosa y eterna campaña empieza por una petición de aval sin la información imprescindible para confiar en un candidato. Cheque en blanco, cuestión de fe. En base a más de 2000 cheques en blanco se es o no candidato.
En cuestiones concretas, titular, frase y slogan; nunca el cómo. Todos optimizarán ingresos y reducirán costes. Nadie dice cómo antes de que se le firme. A revisar. Como debieran haberse reducido en los Estatutos estos interminables 40 días.
Improbable que tres precandidaturas del peso que aparentan no logren las firmas suficientes en este planteamiento de primarias. Lograr el máximo y evitar que el rival lo logre. Bastaría con pasar el corte con las suficientes dejando espacio para el resto. Mucho nerviosismo. En la era del Whatssapp, fácil y rápido intoxicar. Ayer, que “otros candidatos” acaparan o incluso buscan duplicar avales que anulen firmas y eviten que otros pasen la criba. Como dice mi amigo Kroma, desconfiemos de todo.
Goteo diario de nuevos y no tan nuevos encontrando acomodo en planchas. Estos días es ése el curioso “mercado de fichajes”. ¿Qué necesita el Athletic? Limpieza, que se potencie el programa propio respetando el ajeno, sin fango, poniendo por encima de lo propio lo colectivo, un club heredado con 124 años y que heredarán los siguientes.
La política del miedo
Se habla de familia e invoca a dicho término para evitar fracturas posteriores ejerciendo de todo lo contrario. Política del miedo, ‘asustaviejas’ que tratan de justificar la inconveniencia de unas elecciones pues “enfrentan, crispan y generan bandos”. A su modo de ver, consensos, y proyecto único “por el bien del Club”.
Quien lo vea de otro modo, está equivocado. Unas elecciones a las cuales se puede presentar cualquiera parecen no ser del agrado de todo el mundo. Que el socio disponga de variedad de opciones donde elegir y que socios como él propongan su idea de cómo debiera gestionarse el Athletic y lo sometan a refrendo en las urnas, molesta.
Se propuso la idoneidad de evitar elecciones. Consenso y candidato de consenso, ignorando quiénes y en base a qué lo habían decidido por todos. ¿El socio? A pagar y callar.
Nadie entendería que nuestro vecino de localidad hubiese decidido evitarnos unas elecciones con una candidatura de consenso, además presidida por él. Para alguno, lo mejor para el Athletic. Se crece por las aportaciones enriquecedoras y las ideas de unos y otros: cuantas más, mejor.
Ojalá las tres candidaturas pasen el corte. Y a debatir, aportar, sumar, y convencer. Que unas elecciones sean limpias empieza por cada candidato y candidatura, vendiendo programa sin descalificar el ajeno ni sacando porquería del resto. Evitando crispación y secuelas posteriores.
Remar todos a una no empieza tras el paso por la urnas, sino ya durante el proceso. Si nada se tuerce, aquí en siete días.