Es imposible parar los pies a Nikola Jokic y Jamal Murray, pero sí puedes molestarles. Eso consiguieron los Miami Heat anoche, y sin embargo su derrota fue rotunda ante el nuevo recital de los secundarios de los Denver Nuggets. De largo el mejor equipo en estas Finales de la NBA 2023, el más completo y compacto. En el triunfo por 95-108 que sitúa el 3-1 en la eliminatoria por el título, Aaron Gordon y Bruce Brown resultaron decisivos. Su agresividad marcó la diferencia y permitió salvar los dos contra uno constantes sobre el base canadiense y el tramo sin el pívot serbio en el último cuarto por culpa de la acumulación de faltas.
Gordon, un jugadorazo con planta de estrella, volvió a demostrar que su papel en Colorado no tiene precio. Aunque podría presumir y pedir más estatus, él se dedica a disputar cada posesión con toda su alma, en ser el complemento perfecto del dúo dinámico de Denver, más todavía cuando Michael Porter Jr. sigue perdido en la eliminatoria. 27 puntos, la máxima anotación del partido y su máxima en unos playoffs, le pusieron bajo los focos como merece su enorme labor en estos dos años y medio que lleva en la franquicia.
Hizo más: 6 rebotes, 6 asistencias y 2 robos completaron su hoja estadística en 42 minutos sin descanso. Fue solo la parte más visible de su aportación, ya que su defensa incomodó una vez más a Jimmy Butler, la gran estrella enemiga, durante tramos significativos del cuarto asalto. “Pensé que iba a ser el mejor defensor de la plantilla y a hacer el trabajo de los demás fácil. Me gusta defender, llegué con la misma mentalidad a la liga”, valoraba el ala sobre su filosofía nada más llegar al equipo. “En ataque, solo intento encajar donde hay espacio”, añadía.
“Aaron lo ha hecho todo para nosotros esta noche. Lo ha estado haciendo en cada partido con buenos momentos, y no puedo estar más orgulloso de él”, le aplaudía Michael Malone, su entrenador, en sala de prensa. “Estamos logrando contribuciones muy importantes de muchos jugadores”, añadió. Efectivamente, no solo fue Gordon quien dominó el relato del cuarto partido de las Finales. Brown, otra incorporación notable en los despachos, está confirmando su capacidad para venirse arriba cuando el balón quema. Sus 11 puntos en el último cuarto, 21 en total en el partido, dieron la estocada definitiva a Miami.
“Me lo imaginé facilitando el juego, haciendo jugadas para nosotros. Lo vi en los playoffs del año pasado y su impacto contra Boston defendiendo a Tatum y Brown”, recordaba el técnico. El escolta aterrizó como agente libre en verano y firmó por dos temporadas a cambio de 13 millones que ahora parecen una ganga. En el circo de Brooklyn, junto a KD y Kyrie, ya había demostrado en más de una ocasión su capacidad para sacarle las castañas del fuego a sus compañeros estelares. Jokic, precisamente, celebró con el puño prieto y rabia algunas de las canastas decisivas de sus dos colaboradores de lujo, un aficionado más desde la banda. “Su habilidad para jugar con o sin balón y anotar es genial. Bruce no tiene miedo. Es duro sin llamar la atención”, celebró Malone.
Los protagonistas del triunfo se tiraron flores mutuas. “AG ha estado muy agresivo. Ha hecho la jugada adecuada en cada momento, era su momento”, reconocía Brown. “Es altruista, un luchador. Por eso le trajimos aquí. Él solo quiere ganar”, decía sobre el ala un Murray que logró repartir juego, pero no anotar de manera efectiva ante los constantes dos contra uno del rival. “Queríamos ser agresivos, sabíamos que nos tocaba al resto cuando iban a atrapar a Jamal”, añadía el escolta.
“Bruce y Aaron han hecho un enorme partido ambos, han estado genial y muy agresivos”, confesaba Jokic, que apuntaba además la clave del sistema de Denver. “Si eres capaz de sacrificarte por algo más grande que ti…” Ahí reside el éxito del equipo, en el trabajo colectivo, en el altruismo y la capacidad de sacrificio de todos.
“Es muy extraño, una bendición. Este grupo es muy altruista, hay una pasión honesta por jugar a baloncesto y es genial jugar con ellos”, apuntaba Gordon sobre el mérito colectivo de los Nuggets. “Entienden la energía, en que se debe jugar de la manera adecuada. Saber que solo necesito ser yo mismo es magnífico, ni más ni menos, lo que me pida el equipo”, zanjaba.
Pues eso, ni más ni menos, ahora están a una victoria del primer anillo de sus carreras, el primero para la franquicia de Denver. Historia que se escribe en colectivo. La primera oportunidad, la madrugada del martes en España, en el quinto partido en casa (02:30h, M+ y League Pass).