Una de las cláusulas urticantes del acuerdo por el techo de la deuda incluye el endurecimiento de los requisitos para los beneficiarios de los cupones de alimentos o SNAP, como también se los conoce.
Según reporte el diario The New York Times, el acuerdo no incluye cambios para quienes reciben Medicaid y expande el acceso a los cupones de SNAP para los veteranos, las personas sin techo y las personas que salen del sistema de cuidados.
El endurecimiento de los requisitos para quienes reciben los cupones de SNAP no habría caído muy bien entre los demócratas más progresistas.
El líder mayoritario en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, ha estado catalogando esto como un triunfo pero el ala más conservadora de los republicanos no lo considera como suficiente.
De acuerdo al NYT, el representante Chip Roy, republicano de Texas, dijo que el requerimiento era “débil” mientras que el representante Dan Bishop, de Carolina del Norte dijo que el acuerdo era una “traición”.
Como parte del acuerdo, los adultos que tienen 54 años o menos y no tienen hijos, deben trabajar o participar en un programa de capacitación de al menos 80 horas mensuales para recibir los cupones de SNAP por un tiempo extendido de tiempo.
Si no cumplen con este requisito, podrán recibir los cupones durante tres meses durante un período de tres años.
la Cámara de Representantes votaría el proyecto el miércoles
Los requisitos actuales para el trabajo aplican a adultos de hasta 49 años.
El acuerdo incluye además que el departamento de Agricultura haga pública las solicitudes que los estados entregan para exceptuar los requerimientos de trabajo en áreas de alto nivel de desempleo mientras que reduce el porcentaje de gente que un estado puede exceptuar al 8%, de un 12%.
Unas 42.5 millones de personas recibieron cupones de SNAP en febrero de este año comparado con 36.9 millones en febrero del 2020, el mes antes de la pandemia del COVID-19.
En general, el acuerdo es un compromiso que impondrá algunas reducciones del gasto los dos próximos años, además de una suspensión del límite de deuda hasta enero de 2025, lo que deja esta volátil cuestión para después de la próxima campaña electoral.
Elevar el límite de deuda, que ahora está en $31 billones, permitirá al Tesoro seguir endeudándose para abonar las deudas ya contraídas por el Estado.
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