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Adiós a la estación de esquí más alta del mundo

Muchas son las estaciones de esquí famosas en el mundo. Lugares como Aspen en Estados Unidos o la propia Sierra Nevada en España, son de sobras conocidos por los amantes del esquí, pero hay una estación de esquí que hasta hace poco se distinguía por ser la más alta, pero que tristemente y debido al calentamiento global, ha acabado por desaparecer.

Adiós a la estación de esquí más alta del mundo

La estación de esquí más alta del mundo se encontraba hasta hace poco en Chacaltaya, Bolivia, a solo 30 kilómetros de la capital La Paz. En concreto, estaba a 5.399 metros sobre el nivel del mar y hoy en día ya es considerada como una «reliquia» a la que hemos tenido que decir adiós por culpa de la contaminación.

Un inmenso glaciar que ha acabado por desaparecer tras comenzar su fase de declive en 1998, cuando registró un área de nieve mayor al 7 por ciento en comparación con la de 1940. Luego, en 2009, desapareció por completo.

Un caso sorprendente pero que no es algo aislado en la zona de los Andes. Según informes de expertos en climatología, en los últimos 50 años, Bolivia ha perdido aproximadamente la mitad de sus glaciares y no solo eso, sino que la situación empeorará a medida que continúe el calentamiento global. De hecho en el Atlas de Glaciares y Aguas Andinas , publicado en 2018 por la UNESCO y la fundación noruega GRID-Arendal, señala que el calentamiento proyectado hará que Bolivia pierda el 95% de su permafrost para el 2050.

Censo en los andes

Edson Ramirez, glaciólogo de la Universidad Mayor de San Andrés, ha sido el encargado de realizar un estudio integral sobre el impacto del cambio climático en los Andes bolivianos. Y también ha sido el primero en realizar un inventario de los glaciares de Bolivia, documentando su desaparición. «Todos los glaciares tipo Chacaltaya están pasando por el mismo proceso de derretimiento, es decir, la muerte», ha asegurado este experto.

Ya a finales de la década de 1990, junto con otros investigadores, había medido la parte más gruesa del glaciar Chacaltaya, registrando un espesor de 15 metros. Y teniendo en cuenta las condiciones climáticas del momento, estimó el tiempo dentro del cual desaparecería el glaciar en sí en 15 años. En cambio, el proceso fue aún más rápido. Los glaciares se alimentan de la acumulación de nieve, pero «la temperatura del planeta aquí ha subido hasta el punto que la poca nieve que cae desaparece rápidamente», señaló Ramírez.

Problemas no solo para esquiar

Según algunas predicciones, la temperatura en los Andes podría aumentar de dos a cinco grados centígrados a fines del siglo XXI. Por ello, el problema de la desaparición de los glaciares bolivianos ciertamente no concierne solo a los amantes del esquí, sino que tiene repercusiones mucho más graves: por ejemplo, está teniendo un impacto considerable en el suministro de agua de millones de bolivianos.

Durante los períodos de sequía, el deshielo abastece hasta el 85 por ciento de las necesidades de agua de La Paz y varias veces en los últimos cinco años sus habitantes se han visto obligados a racionar el agua precisamente porque los glaciares son cada vez más «pobres», situación que también ha afectado como no podía ser de otra manera, a los campos de cultivo de la zona.


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