Afganistán: entran a los tiros en una mezquita y dejan baño de sangre


KABUL  —
Hombres armados mataron a 14 personas en dos incidentes separados en Afganistán
y los talibanes asaltaron puestos de control progubernamentales en el norte de
país acabando con la vida de nueve milicianos, dijeron funcionarios el
miércoles.

Fueron los últimos incidentes de una implacable
ola de violencia que sacude una nación devastada por la guerra.

La jornada sangrienta en Afganistán desató una ola de consternación y condenas.

Los incidentes se produjeron coincidiendo con el
nuevo llamado de Naciones Unidas para acabar con la violencia y mientras el
enviado especial de paz de Washington, Zalmay Khalilzad, se embarcó en una
nueva ronda de contactos con los talibanes para presionarlos para que inicien
las negociaciones con el recién reconciliado liderazgo del país en Kabul.

En el primer ataque, un número desconocido de
pistoleros irrumpió en una mezquita de la provincia de Parwan, al norte de la
capital, Kabul, el martes en la noche y mató a 11 fieles además de herir a
varios más, explicó el vocero del Ministerio del Interior, Tariq Arian.

Nadie reclamó de inmediato la responsabilidad del ataque en Kabul, pero tanto el Talibán como milicianos del grupo terrorista ISIS atacan de forma habitual a las fuerzas afganas.

En un primer momento se reportaron ocho víctimas
mortales.

En el segundo, también el martes en la noche,
hombres armados atacaron a una familia que regresaba a casa desde una mezquita
cercana en la región oriental de Khost, y asesinaron a tres hermanos, añadió
Arian. En ambos casos, los agresores se dieron a la fuga.

Nadie se atribuyó de inmediato la responsabilidad
por ninguno de los dos incidentes, pero los talibanes se apuraron a
desvincularse.

El pacto fue firmado por el representante especial de Estados Unidos para la paz, Zalmay Khalilzad, y el líder talibán, mulá Abdul Ghani Baradar.

El grupo extremista ISIS, que tiene una presencia
cada vez más activa en Afganistán y sufrió derrotas en el campo de batalla ante
las fuerzas del gobierno, de Estados Unidos y de sus rivales talibanes, ha
perpetrado ataques similares en el pasado.

Washington culpó a la milicia radical de un
horrible ataque contra una maternidad de Kabul la semana pasada que dejó 24
muertos, incluyendo dos recién nacidos.

Se trata de una aeronave de inteligencia; fue derribado en Afganistán.

En un tercer episodio, los talibanes asaltaron
puestos de control pertenecientes a una milicia progubernamental local en la
región nororiental de Takhar y mataron a nueve de sus miembros, apuntó Khalil
Aser, vocero del jefe de la policía provincial.

Según el portavoz, el ataque tuvo lugar en el
distrito de Khwaja Bahuddin también el martes en la noche y otros seis
milicianos sufrieron heridas. Cuando los refuerzos llegaron al lugar, los
insurgentes se habían ido ya, añadió. Los talibanes no se pronunciaron de
inmediato.

Familiares de los asesinados en la mezquita de
Parwan llevaron el miércoles en la mañana los cuerpos a Charakar, la capital de
la provincia, para una protesta en el exterior de la oficina del gobernador
reclamando justicia y castigo para los autores, señaló la vocera del dirigente,
Wahida Shahkar,

La policía de la región estaba investigando el
asalto, señaló lShahkar, quien calificó lo ocurrido de “un crimen contra la
humanidad”.

Las mezquitas han sido escenario habitual de
ataques. El pasado octubre, ISIS se atribuyó la explosión de una bomba en una
en la provincia oriental de Nangarhar que provocó el derrumbe del tejado y
causó 62 fallecidos y 36 heridos.

Jennifer Nuzzo, una académica del Centro Johns
Hopkins para Seguridad Sanitaria, dijo que muchos de esos casos no
necesariamente son el resultado de un intento de engañar al público.




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