El presidente de turno de la Unión Africana (UA), el senegalés Macky Sall, ha reclamado este viernes a Rusia una tregua en la guerra de Ucrania y que libere las reservas de toneladas de cereales y fertilizantes bloqueadas en ambos países a causa del conflicto para evitar que la crisis alimentaria que sufre el continente africano se agudice aún más. Sall ha evocado un escenario catastrófico si continúa el conflicto, mientras que el presidente ruso, Vladímir Putin, ha responsabilizado de la crisis a las sanciones occidentales. En una entrevista televisiva posterior, el mandatario ruso ha asegurado que sus Fuerzas Armadas no asaltarán Odesa ―la principal ciudad costera de Ucrania― si Kiev desmina el mar para desbloquear el transporte de cereales, y que no pondrá condiciones al paso de navíos de transporte por el mar Negro.
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Ambos dirigentes se reunieron en la ciudad rusa de Sochi, un encuentro al que también asistió el presidente de la comisión de la UA, el chadiano Moussa Faki Mahamat. El intento de mediación africano en este conflicto surge de la enorme preocupación que existe en el continente por la subida de precios de los productos alimentarios de primera necesidad, en particular la harina, pero también de los combustibles.
La reunión concede cierto respaldo internacional a Moscú en un momento de gran aislamiento. Sall destacó al principio de su encuentro con Putin que varias naciones de África apoyan a Rusia ante las resoluciones de la ONU de condena de la invasión de Ucrania. “La posición del continente africano es muy heterogénea y, a pesar de haber una presión enorme, muchos países no han condenado la posición rusa”, recalcó el presidente senegalés, que lamentó que su continente, Asia y Sudamérica se hayan visto afectados “por un conflicto lejano”.
En la entrevista televisiva, al canal Rossiya 24, Putin defendió que Occidente culpa a Rusia de una crisis alimentaria que, en su opinión, ya comenzó antes de iniciar su campaña militar en febrero. En cualquier caso, esta se ha visto agravada por dos circunstancias que tienen la ofensiva rusa como nexo común. Por un lado, los combates en territorio de Ucrania y el bloqueo de sus puertos han hecho que el granero de Europa y quinto exportador de grano del mundo no pueda vender sus cosechas al exterior. Por otro, Putin ordenó a principios de marzo que su país no exporte ni fertilizantes ni grano en respuesta a las sanciones que le han impuesto por el conflicto. El propio mandatario condicionó el fin de las restricciones a la resolución de este problema en las llamadas que mantuvo estos días con el primer ministro italiano, Mario Draghi, y con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
Una solución en dos semanas
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Respecto al bloqueo marítimo, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, visitará Turquía el próximo miércoles para abordar una cuestión que el Kremlin ha considerado este viernes “prioritaria”. Tras su reunión con Sall, Putin aseguró que ningún navío se verá amenazado. “Garantizaremos la seguridad de los accesos a esos puertos y velaremos por la entrada de los barcos extranjeros y su movimiento a lo largo del mar Negro y del mar de Azov en cualquier dirección”, prometió.
En una entrevista con , el portavoz del Gobierno turco, Ibrahim Kalin, afirmó que este problema podría ser resuelto “en las próximas dos semanas”. “Probablemente, será una operación bajo el paraguas de la ONU, con Estambul como principal centro de la operación. Habrá representantes rusos y ucranios que gestionarán y monitorizarán el proceso”, explicó el representante de Ankara.
Moscú acusa a Ucrania de haber minado sus puertos, incluidos los de Odesa y Mariupol. Antes de comenzar la ofensiva rusa, este problema no existía. Ambos países aportan aproximadamente un tercio de la producción de trigo mundial, y según la ONU, Rusia es el primer exportador mundial de fertilizantes nitrogenados, el segundo de potasio y el tercero de fosfatados. Putin contaba con esta dependencia de la cadena alimentaria mundial y el 11 de marzo prohibió la exportación de fertilizantes a raíz de las sanciones.
Además de plantear el desminado de los puertos ucranios con la flota del mar Negro enfrente, Putin ofreció otra opción: levantar las sanciones a su aliada Bielorrusia para que las cosechas sean transportadas a través de ese territorio.
Precisamente este viernes han discutido el asunto el presidente bielorruso, Aleksandr Lukashenko, y el secretario general de la ONU, António Guterres. El mandatario bielorruso ofreció “todo tipo de ayuda ferroviaria” para transportar el grano ucranio a los puertos del Báltico “si se abren a los productos bielorrusos”, sancionados por Occidente desde su brutal represión de las protestas por el fraude electoral de 2020, en el que Lukashenko resultó reelegido.
La portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, reiteró que las exportaciones rusas de fertilizantes y granos dependerán de que se levanten las sanciones a su país. “Para satisfacer sus intereses políticos y, de paso, comerciales, Occidente es quien ha introducido restricciones a la entrada de barcos extranjeros en los puertos rusos, al servicio de los barcos rusos en los puertos extranjeros, y quien ha creado barreras insalvables en los seguros y las transacciones bancarias”, afirmó la portavoz, en declaraciones recogidas por la agencia Tass.
Sin embargo, las sanciones no afectan al transporte de alimentos. Para calmar la preocupación de las navieras y compañías de seguros, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, aseguró esta semana que Washington está preparando unas “cartas tranquilizadoras” donde se dejará por escrito que no se verán afectadas por las restricciones al exportar alimentos y fertilizantes rusos.
África, una situación “insostenible”
Pese a contar con enormes recursos naturales, uno de los grandes problemas de África es su fuerte dependencia del exterior, sobre todo energética y alimentaria. En este contexto, tanto Rusia como Ucrania son suministradores clave de cereales y fertilizantes. La posibilidad de disturbios e inestabilidad por la subida del pan o la gasolina, como ya ocurrió en el pasado en los países del Magreb y Sudán y hace tan solo unos días en Guinea, es otra de las consecuencias de la inflación.
Un reciente estudio de Naciones Unidas asegura que el 44% del trigo importado en el continente procede de ambos países: un 32% de Rusia y un 12% de Ucrania. Por ello, el bloqueo a las exportaciones de este cereal, fundamental en la dieta de millones de africanos con el que se elabora el pan y otros productos básicos, está en el origen de la crisis alimentaria que ya muestra su peor cara en África y que ha venido a sumarse a los numerosos conflictos, shocks climáticos y subida de precios por la covid-19 que ya habían disparado la pobreza y la malnutrición en África.
De ahí la preocupación de la Unión Africana por desbloquear los cereales bloqueados en los puertos ucranios y rusos. En un mensaje enviado a los dirigentes europeos el pasado martes, la Unión Africana reclamó su apoyo en esta gestión ante Putin planteando que, de lo contrario, habría “un escenario catastrófico de escasez y alzas generalizadas de precios” y que “lo peor está quizás por llegar”. En una reciente entrevista a la revista Jeune Afrique, Sall habló de “hambruna” y recordó que África se encuentra “entre la espada y la pared”. “El continente está afectado tanto por las consecuencias de la guerra como por las sanciones que afectan a Rusia (…) después de dos años de pandemia, la situación se ha convertido en insostenible”, concluyó.
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