Nigeria ha informado este jueves de dos casos de poliomielitis producidos por el virus salvaje. Es una pésima noticia después de que hace más de un año —el 24 de julio de 2015— el país fuera sacado de la lista de países endémicos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y dos años después de que se produjera el último caso conocido hasta ahora. Se cumplen los peores presagios, porque los dos casos reportados por las autoridades nigerianas se han producido en el Estado de Borno, al nordeste del país. Es decir, justo donde las campañas de vacunación no se habían podido llevar a cabo debido al conflicto con Boko Haram.
Según la OMS, estos nuevos casos —dos niños que han sido afectados de parálisis flácida— están relacionados con una cepa del virus salvaje que se había detectado en el mismo Estado de Borno ya en 2011. Este organismo internacional teme que el virus pueda estar circulando fuera de control y que se produzcan nuevos contagios. Sobre todo porque se produce en un lugar de escasa o nula vacunación, lo que se denomina “brechas sustantivas de vigilancia”. Asimismo, existe el temor fundado de que el virus pudiera alcanzar también a países vecinos como Chad, Níger o Camerún dado el intenso flujo de refugiados.
“No podemos negar la conexión entre el conflicto y la continua amenaza de la polio. Estos dos nuevos casos significan que los niños en la región del Lago Chad se enfrentan ahora a un riesgo particular. Con nuestros aliados, no nos detendremos hasta vacunar a todos y cada uno de los niños contra la polio”, ha asegurado el director para la erradicación de esta enfermedad de Unicef, Reza Hossaini. Por su parte, Matshidiso Moeti, directora regional de la OMS para África, ha destacdo los esfuerzos realizados por Nigeria para acabar con la polio y se ha mostrado convencida de que la prioridad en este momento es vacunar a los niños de las zonas circundantes.
Ya en julio del año pasado, cuando la OMS excluyó a Nigeria de la lista de países endémicos (y con ella a toda África), desde el propio organismo —así como desde las autoridades locales— se advertía de que amplias zonas del noreste de Nigeria, en concreto en los estados de Borno, Yobe y Adamawa, no se habían podido llevar a cabo las campañas de vacunación anuales por la presencia de Boko Haram. El grupo no solo tiene un amplio territorio bajo su control, sino que ha señalado a los vacunadores como uno de sus objetivos.
La evolución del conflicto, con el repliegue del grupo terrorista hacia sus bases en el Lago Chad y la recuperación de decenas de localidades por parte del Ejército nigeriano ha permitido, al fin, que la ayuda humanitaria haya comenzado a llegar a estas zonas, en las que se ha advertido la existencia de unas 500.000 personas en riesgo grave de desnutrición. Es aquí donde desde hace al menos tres años no se ha podido vacunar a ningún niño de la polio y donde existe el mayor temor de que el virus se pueda extender sin control.
Nigeria es el último país africano en el que persisten casos de poliomielitis procedentes del virus salvaje. En el resto del mundo, solo ocurre en Pakistán y Afganistán. Precisamente si no se produjo una declaración oficial de erradicación el año pasado fue por el miedo a que se pudieran dar casos en la zona fuera de vigilancia hicieron. Ahora se ha podido comprobar que aquellos temores estaban en lo cierto.
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