AirPods 3, a prueba: nuevo diseño y un soporte para audio espacial que promete llevarte al escenario


Apple mostró al mundo por primera vez sus AirPods en 2016. Desde entonces, la venta de auriculares inalámbricos no ha parado de crecer. En 2020 fueron los wearables más vendidos en el mundo, según la consultora IDC. Y se espera que la tendencia continúe en los próximos años hasta alcanzar los 400 millones de unidades enviadas en 2024, según Statista. Los nuevos AirPods son la última apuesta de la compañía de Cupertino para competir en un mercado con múltiples alternativas más económicas. Además de incorporar soporte para audio espacial, ofrecen mejor sonido y una mayor autonomía, pero carecen de cancelación de ruido.

Los AirPods de tercera generación, disponibles por 199 euros, estrenan diseño. Ahora se parecen mucho más a sus hermanos mayores, los AirPods Pro. Apple ha optado por un vástago —un palito— un 33% más corto que la generación anterior, lo que los hace algo más discretos. Configurar los auriculares, que son resistentes al agua y al sudor, es muy sencillo. Apenas lleva unos segundos. Basta con situarlos cerca de un iPhone o cualquier otro dispositivo de Apple con la tapa abierta para que se enlacen de forma automática. También es posible emparejarlos con teléfonos o tabletas Android. No obstante, con este sistema operativo algunas funciones pueden verse limitadas.

Ambos vástagos tienen una pequeña hendidura en uno de sus laterales que permite, al pulsarla, controlar con pequeños toques la reproducción de música y las llamadas de teléfono. Estos sensores, heredados de los AirPods Pro, sirven también para hacer cualquier consulta a Siri con una pulsación larga. Por ejemplo, es posible pedir al asistente que cambie de canción o que realice una llamada.

Su estuche es ligero y aumenta las seis horas de autonomía de los auriculares hasta las 30.

La compañía de Cupertino asegura haber escaneado miles de oídos para diseñar estos aparatos y dirigir mejor el audio al oído. Puestos, los auriculares resultan bastante cómodos y ligeros —cada uno pesa 4,28 gramos—. Pero el ajuste depende hasta cierto punto de la oreja de cada persona. Aunque en general se adaptan bien al oído y no da la sensación de que se vayan a salir, en las pruebas realizadas por este periódico uno de los auriculares se ha caído en alguna ocasión.

A diferencia de gran parte de los auriculares inalámbricos de gama alta en el mercado, los AirPods 3 no tienen almohadillas intercambiables de silicona. Sólo hay un modelo disponible de plástico duro y talla única. Este diseño abierto deja entrar bastante ruido del exterior. Pese a que esta alternativa puede ser útil por motivos de seguridad en algunas circunstancias, se echa en falta poder elegir si se quiere escuchar o no el sonido ambiente. Con la cancelación de ruido activa que incluyen otros auriculares en el mercado, se puede conseguir una experiencia más inmersiva, por ejemplo, al escuchar música, ver una película o realizar llamadas.

Audio espacial

Apple pretende conseguir esta experiencia envolvente con el audio espacial. Los giroscopios y los acelerómetros de los AirPods siguen los movimientos de la cabeza con un objetivo: situar al usuario en medio del escenario. La compañía de Cupertino asegura que los auriculares pueden distribuir el sonido a través de algoritmos y filtros de audio direccional para ajustar sutilmente las frecuencias que recibe cada oído.

Los auriculares cuentan con un chip H1 diseñado por Apple —que también tienen los AirPods Pro y los AirPods Max— y con una tecnología de ecualización adaptativa. Con ella, se pretende ajustar el sonido en tiempo real en función de cómo se adaptan los auriculares a la oreja de cada usuario. Un micrófono orientado hacia el interior monitoriza el sonido y, gracias al audio computacional, se adaptan las frecuencias bajas y medias para que se oigan de la mejor forma posible. En general, el audio se escucha alto y con bastante calidad. Los auriculares generan graves algo más potentes y agudos más nítidos y limpios que sus antecesores. Una de las funciones más interesantes y que mejor funcionan consiste en que, al quitarse uno de ellos, el audio se para automáticamente. Los AirPods estrenan un sensor capaz de detectar la piel y distinguir, por lo tanto, si están en la oreja del usuario, en un bolsillo o sobre la mesa. Cuando el usuario vuelve a ponerse los auriculares, la música se sigue reproduciendo de forma automática.

El estuche que da vida a los AirPods

La batería de los AirPods dura aproximadamente unas seis horas. Con el estuche de carga, se pueden alcanzar las 30. Esto permite utilizarlos durante varios días sin tener que cargarlos. La funda es de plástico y resulta bastante ligera —pesa unos 38 gramos—. En su parte delantera, tiene un LED que se pone de diferentes colores para ofrecer cierta información. Por ejemplo, sobre la carga de los auriculares o del propio estuche. En su trasera, el estuche cuenta con un botón que permite emparejar los AirPods con otros dispositivos. La funda tiene además un puerto Lightning que sirve para cargarla por cable. También es posible llenar su batería de forma inalámbrica al situarla encima del cargador MagSafe.

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