Al Atlético se le escapó el triunfo en el Pizjuán

El Atlético de Madrid y el Sevilla firmaron las tablas en el Sánchez Pizjuán. Una parte para cada equipo. En la primera se adelantó el Sevilla, por medio de Franco Vázquez tras un desajuste colchonero. En la segunda empató el Atlético por medio de Morata (cuatro goles consecutivos), que falló un penalti y que vio cómo le anulaban un gol por fuera de juego (en ambas acciones intervino el VAR). Y en el descuento, los colchoneros acariciaron el triunfo, pero se les resistió.

Minuto 28. Ahí cambió un partido en el que el respeto y la incapacidad para desarbolar a las defensas rivales mandaban. Los dos conjuntos se anulaban. El Atlético, serio atrás, no dejaba al Sevilla hacer sus rápidas transiciones. Los de Lopetegui, que cambió el sistema para jugar con tres centrales, no sufrían ante los de Simeone, a los que los seguía costando, como durante todo el curso, generar peligro.

Como decíamos, cambió el partido. Porque Franco Vázquez, con la colaboración de Lodi, adelantó al Sevilla. Fue en una falta (que hizo el brasileño a Navas, y que era evitable) sacada por Banega en la que los atacantes sevillistas fueron al área pequeña. Pero el balón fue al punto de penalti, donde apareció el Mudo libre de la marca de Lodi, que se despistó, para cabecear. Pudo hacer más Oblak, muy tapado, pero reaccionó tarde. 1-0.

El gol espoleó a los andaluces, que comenzar a salir con más peligro, aunque tampoco llegaban a la meta de Oblak. Un disparo de Koke, duro y abajo que sacó Vaclik. Eso fue todo lo que ofreció el Atlético en ataque en la primera mitad. Sin profundidad en los laterales, sin generar nada en el medio, con Lemar de nuevo ausente, y con Correa y Morata corriendo en busca de balones que casi nunca llegaban. El argentino, al menos, lo intentaba.

Un partido de 0-0 se había marchado 1-0 al descanso. Un despiste defensivo y el acierto local desnivelaban la balanza. Y en el vestuario, Simeone sabía que tenia que cambiar cosas. Así que dejó ahí a Trippier y Lemar (la enésima oportunidad desperdiciada) y metió a Arias y a Diego Costa.

El Atlético dio un paso al frente tras la reanudación. Koke mandó a la defensa adelantar la linea 20 metros. Thomas cogió las riendas. Y el cuadro colchonero comenzó a carburar. Tanto, que logró el empate. Durante un minuto, lo que tardó el VAR en anularlo por fuera de juego de Correa, que había recibido adelantado por unos centímetros y puso un gran servicio a Costa, que cabeceó a la red. Pero no valió.

Era el minuto 54 de partido. El Atlético había encontrado la fórmula. Y poco después, llegó el empate. Este sí valía. Jugada de nuevo por la derecha, iniciada por Correa, que cedió a Arias, quien desde la línea de fondo la puso al segundo palo, donde apareció Morata para conectar un buen cabezazo y mandarla a la red.

Este Atlético era otro. Tocaba el balón, entraba por banda, Correa hacía daño por el centro… Tener dos referencias en punta (Costa y Morata) beneficiaba a los de Simeone. Y llegó un regalo inesperado. Porque una falta de Gudelj a Koke que pareció ser fuera del área, la metió dentro el VAR. Fue sobre la línea. Penalti para el Atlético que lanzó… y falló Diego Costa. Lo paró Vaclik, pero no estaba bien lanzado.

Respondió el Sevilla, con un cabezazo de De Jong y otro de Ocampos. El primero se marchó fuera. El segundo lo detuvo Oblak. Tras el arreón rojiblanco, el choque había vuelto a igualarse. Simeone agotó cambios con Herrera por Lodi (tenía tarjeta, Navas apretaba, y Saúl se marchó al lateral). Lopetegui metió a Jordán tras hacer lo propio antes con De Jong. Apretaba el equipo hispalense en el tramo final. Pero el que la tuvo fue el Atlético. Otra llegada de Arias acabó con un pase de la muerte a Costa, pero el hispano-brasileño remató mal, muy mal. El rechace lo recogió Morata, que también disparó centrado. Y la acción acabó con el esférico en la línea de gol. Ahí, Koundé lo retuvo con ambas piernas. González
González lo resolvió con falta en ataque de los rojiblancos. También pudo haber mano del defensor local. El VAR ahí no entró. Y después, casi sobre la bocina, fue Thomas el que la tuvo.

De nuevo un Atlético de dos caras. Mala la primera, buena la segunda. El equipo de Simeone rozó la victoria ante un gran rival, pero regresa a Madrid con otro empate. El sexto en seis jornadas. La línea a seguir está marcada. Veremos si la coge el Atlético.