Todo iba a seguir igual, pero, de repente, como si hubiera que buscar cobijo en la ciencia de lo inexplicable, todo cambió. Junio había vuelto, los Warriors se volvían a sentir campeones y el magnificente tridente Curry-Thompson-Green inmortal, los Celtics reducidos y, Jayson Tatum, traumatizado, 89-97 para los de la Bahía mediado el último cuarto, afeado Tatum por su 6/21 en tiros. El tiempo había vuelto a retroceder como en diciembre. Pero, precisamente uno que se las sabe bien en eso de retrasar las agujas del reloj, Al Horford, 36 años y más fresco que una rosa, arengó a los Celtics y los de Mazzulla se quitaron el hipo, igualando la contienda con un triple de Jaylen Brown (106-106) y ganándola en la prórroga con un TD Garden tan incrédulo como enloquecido (121-118).
Hablarán de los golpes finales de Brown -12 de sus 16 puntos entre el último cuarto y la prórroga-, del admirable y enérgico resurgir de Tatum y de que el astro dio la estocada final a Golden State con su triple -118-111 a falta de 1:26-. Y de que, con 34 puntos, 19 rebotes y 6 asistencias, acabó saliendo en alfombra para que quedara bajo ella un 9/27 en tiros y 7 pérdidas. Pero quien alzó la voz fue ‘Alfredo’, sangre caliente caribeña y fría sabiduría de veterano. El dominicano, espabilando al ‘0’ con su arrojo y talento, instigó una serie estadística de Tatum que no se daba en Boston…desde Paul Pierce en 2022.
“Tenemos otra mentalidad”
El dominicano penetró la moral de los Warriors con dos triples al final -en especial el que supuso el 104-103 antes de que Brown clavara el del empate- y, sobre todo, acabó con su defensa con el juego de Stephen Curry, 29 puntos pero con un 9/26 en tiros y 6/18 en triples final y fallando el lanzamiento de tres por la victoria antes de la prórroga en otra portentosa y hasta estética defensa del interior. Como dueño del tiempo, también los domina como nadie, cuándo saltar más agresivo al cambio, cuándo guardar más distancia hasta atrapar con sus brazos interminables al base.
Al Horford, 20 puntos (8/13 en TC y 2/5 en triples) y 10 rebotes, comandó la revolución y acabó con un golpe en la mesa con todos los miedos de los Celtics que se encaminaban sin freno hacia otra derrota ante los Warriors la de las Finales y la de diciembre (123-107). Esa tras la que Tatum lloró, lágrimas que fueron la pólvora para su paso a la siguiente dimensión, candidato al MVP. Se despojó al final de la desconfianza ante Golden State, pero de vio de nuevo perdido en ella, paralizado en el perímetro, respeto a penetrar y acumulando fallos con triples de alta dificultad. Hasta tuvo que ‘soportar’, que Curry clavara un triple más de media pista sobre la bocina en la primera parte tras robarle el balón.
Hasta una pérdida suya pudo suponer la repetición de ese destino fatal con el 103-106 para los de Steve Kerr con 28 segundos de crono. Pero se vio corregido por el compañero que nunca le falla, Brown con su triple final, y, claro, Don Alfredo.
“Tenemos otra mentalidad”, decía Tatum tras tan intenso y frenético duelo. “El hecho es que nos ganaron en el campeonato, no hay nada que podamos hacer al respecto. Creo que es posible que estuviéramos demasiado nerviosos en el primer partido (de temporada regular) intentando vengar lo del campeonato. Pero se acabó, perdimos. Este es un partido de temporada regular contra un gran equipo muy bien entrenado y dos equipos de mentalidad dura que juegan el uno contra el otro”, agregó el candidato a MVP.
Los Warriors iban a asestar otro durísimo golpe moral pero el ‘efecto rebote’ será durísimo y, de hecho, significó una abrupta vuelta a esa realidad de la que podían escapar con un triunfo en Boston. Su inseguridad en el Oeste aumenta cada vez más, noveno ya en el Oeste con 22-23 y con el ‘salvavidas’ de la igualdad de la clasificación. Pero lo que depara el calendario no es muy amable, visita esta próxima madrugada a Cleveland en back-to-back con lo que ello significará -descanso para Curry y alguno más-, y luego Nets y Grizzlies en casa.
Golpe de pizarra de Joe Mazulla
Pero fue también una fugaz remontada de Joe Mazulla desde el banquillo, borrada su pizarra por la de Steve Kerr durante un buen tramo de un enfrentamiento que llegó muy igualado al descanso (54-55). Y es que los Warriors retrocedieron en el tiempo a base de burlar la vigilancia del que domina el tiempo como nadie, ‘Time Lord’ -el ‘Señor del Tiempo-, Robert Williams III. El pívot, quizá impregnado por el miedo de los Celtics y quién sabe si el suyo tras su insistente lesión-, hizo poco menos con su defensa que invitar amablemente a Golden State a anotar. Lo que explica que acabara con el peor mas-menos de los verdes pese a sus 14 puntos y 11 rebotes con un -7.
El mejor ‘center’ defensor de la NBA se quedó siempre muy hundido en la defensa del bloqueo directo y en los mano a mano, caldo de cultivo ideal para que dispararan triples Thompson -24 puntos y un 4/8 desde el perímetro-, Andrew Wiggins -20 tantos y un 3/8-, y, por supuesto, Curry, con un 6/18 tras los errores acumulados al final. Mazzulla le corrigió y Williams parecía dar un paso adelante en esas situaciones pero, valiente, el técnico de los Celtics acabó por sentarle casi todo el último cuarto -sólo 2:36-, y jugar con Al Horford como único ‘grande’.
Los Warriors volvían a hipnotizar con su virtuoso juego coral mientras Looney -entre otros-, volvía a proteger la pintura tan bien como lo hace y Boston, viéndose obligado a dejar a Tatum más al margen de la circulación, sufrían sin su líder, con Brown también ofuscado (6/18 en tiros). Pero, la mutación defensiva trajo más transiciones, Marcus Smart (16 puntos) y Malcolm Brogdon (14), acabaron asumiendo lo que no podía Tatum. Los Celtics, que estaban perdiendo los duelos individuales, pasaron a hacer en el juego de cinco contra cinco eso que tan bien hacen de penetrar, dividir y pasar para producir más espacio y tuvieron muy claro atacar a Thompson en el tiempo extra ante su acumulación de faltas, logrando su propósito de eliminarlo por infracciones.
El terror se volvió a cernir sobre el TD Garden con una pérdida de Smart y otra acción que casi acaba con pérdida pero los Warriors no pasaron del 121-118. Los Celtics se ‘rebotaron’, se sacudieron con fiereza sus miedos de encima. Los Celtics están decididos a cambiar el orden de la NBA.